Ya deben estar Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente a punto de llegar a mi ciudad. Y con ellos llegan, inevitablemente, los recuerdos. Que parece que me estoy viendo reflejado en el cristal de Hernando 17 mientras miro con deseo los pasteles, las caracolas, las bambas de nata, los croissants con cobertura de chocolate y…los roscones, muchos roscones, con y sin sus frutas escarchadas. Ya siento, si cierro los ojos, los cascos de los caballos de la guardia romana golpear el asfalto anunciando, como si fuesen castañuelas, la llegada de la comitiva real. Veo a otros niños como yo con los ojos rebosantes de ilusión saludar a Melchor, Gaspar y Baltasar. Y a los abuelos intentando reunir, con el paraguas abierto al revés, al menos un puñado de los caramelos que lanzan torrencialmente los pajes desde sus carrozas.
Son estas las horas de la ilusión y bien que lo celebro que, a mis casi treinta, se me sigue acelerando el corazón. Aunque, a mí quien me gustaría que volviese a España desde Oriente, concretamente desde Oriente Medio, es don Juan Carlos de Borbón que hoy cumple 83 años y sigue en Abu Dabi para evitar no se sabe muy bien qué pero sí, desde luego, para seguir alimentando la sombra siempre voraz de la incógnita y la sospecha. Vuelva, majestad, vuelva pronto, que un rey debe estar en y con su reino. Vuelva, que los reyes nunca se jubilan porque -bien lo sabe usted- lo son desde que nacen hasta que pasan a la eternidad. Y, en el caso de nuestro país, se es monarca por derecho dinástico y reina sólo por ser mujer del rey hasta que doña Leonor cambie el curso de la historia.
Vuelva, señor, y pida perdón si hay que pedirlo. Pero hágalo de corazón y no a golpe de empujón ni por real obligación como cuando le ocurrió aquello de Botswana. No tenga usted reparo en volver a casa. No se deje dirigir ni aleccionar por Moncloa, donde tienen tanto muerto y tanto entuerto que explicar. Y no hacen más que callar.
Vuelva, que aunque no le espera la corona porque no fue coronado sino proclamado, sí le esperan los españoles y España, mejor muestra de su legado. Vuelva, don Juan Carlos, vuelva, que quien este libre de pecado…Ya es hora del retiro. Que no es descanso vivir como huido. ¿Recuerda? «Señor, misión cumplida«.
Y don Felipe VI que nos lleve hacia el futuro y siga a lo suyo: reinar.