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Caza a la carta

No importa si es menor o mayor, perdices o muflones, en monterías o al rececho, en la Sierra de Gredos o en los Cárpatos rumanos. Hoy en día, se puede cazar en cualquier parte del mundo y la oferta es, prácticamente, inagotable. Múltiples empresas tienen ofertas para todos los gustos y, sobre todo, para todos los bolsillos.

Si hablamos de cazar en la península los márgenes varían mucho; desde los 350€ por día y cazador hasta más de 3.000 € en las mismas condiciones. Todo depende de las piezas que se quieran cobrar. Y otra variable, a tener muy en cuenta, es el alojamiento. La cosa varía desde un parador nacional, muchos de ellos en zonas de caza, o un sencillo hostal. Otra cosa es ir a cazar a Sudáfrica, Zimbabue, Namibia, Canadá o Argentina, por decir algunos, ya que hoy en día se puede cazar en cualquier parte del mundo. Ahí los precios se disparan, y nunca mejor dicho, en función de las piezas que se quieran abatir. Sin duda los más costosos son los denominados cinco grandes: elefante, león, rinoceronte, tigre y leopardo.

En estas circunstancias el precio puede superar, fácilmente, los 35 o 40 mil euros. En España, Espacaza es una, entre muchas, de las empresas que se dedican a organizar cacerías dentro y fuera de nuestras fronteras. Este es un deporte que cuenta adeptos y detractores, casi por igual. Mientras los últimos luchan por la abolición de la caza, los adeptos argumentan que “los cazadores son los primeros interesados en conservar la naturaleza en estado salvaje” asegura Diego Satrústegui, director de Espacaza. Uno de los argumentos de mayor peso, a favor de la caza, es el impacto económico en España de este deporte. Los últimos datos del año 2016 hablan de 186.758 empleos dependientes del deporte cinegético, incluyendo la caza en sí misma así como los generados por cotos y organizaciones profesionales de caza.

Otro de los datos esgrimidos es el gasto anual vinculado a la caza: 5.470 millones de euros. Este gasto generó 6.475 millones, lo que supone el 0,3% del PIB de España. Cifras nada despreciables. Cazar en España es una de las actividades más reguladas. No puede cazar cualquiera. Hay que pasar una serie de pruebas, y no especialmente fáciles. Para empezar, una prueba psicotécnica, un examen de manejo del arma, a partir de ahí sacarse la licencia de caza –otro examen- y sacarse un seguro de responsabilidad civil. Evidentemente toda esa información está en poder de la Guardia Civil, así como la compra de cualquier arma. Una vez superadas todas las pruebas, solo hay que disfrutar de todas las ofertas del mercado cinegético.