El año 2020 trajo un accesorio inesperado a los estilismos de este año: la mascarilla. Un trozo de tela de gran importancia que no solo nos protege, también nos viste la cara. Durante todo el año la mascarilla ha sufrido una evolución, un cambio en el que la industria de la moda también ha tenido mucho que ver. De las primeras mascarillas quirúrgicas azul turquesa y blancas, ahora encontramos mascarillas en todo tipo de tejidos y colores. Eso sí, sea como sea, siempre homologada.
Lo que se convirtió en un acto de apoyo al sector sanitario, se ha convertido en tendencia. Son muchos los diseñadores que se han lanzado en el diseño de mascarillas. Una prenda, que como algunas tendencias, estamos deseando que desaparezca. El diseñador Juan Avellaneda ha sido uno de esos creadores que empezó creándolas por necesidad y que ahora los vende junto a sus otros diseños. “Yo empecé porque durante el confinamiento
nos pidieron si podíamos ayudar y estuvimos haciendo batas y mascarillas para hospitales. Fue, como sabes, en un momento bastante duro así que pusimos a nuestros talleres a trabajar en ello”. Durante ese tiempo Juan estuvo trabajando en el accesorio más importante de 2020: “Hubo gente que nos estuvo mandando tejidos antibacterianos porque en ese momento no había ni telas, estuvimos mostrando nuestro trabajo a través de Instagram para ponernos en contacto con talleres que pudieran ayudar…Y a partir de ahí, en privado, empezaron a pedirme mascarillas”. Las mascarillas de Avellaneda están homologadas y resisten 60 lavados, nos cuenta, y tienen el mismo ADN que el resto de prendas del diseñador. “Creé las mascarillas con un tejido galardonado en París como mejor estampado… Y fui creando diferentes diseños”. Estas piezas de tela nos acercan, de alguna manera, algunas firmas que pueden estar fuera de nuestro alcance en nuestro día a día. Avellanda explica: “En nuestro caso, por apenas 20 euros puedes tener una pieza con uno de nuestros tejidos icónicos. Las mascarillas conviven en nuestra web al lado de un smoking, y por 20 euros al final tienes un trocito de esta fantasía”.
Otros diseñadores se han reinventado con la mascarilla, lo que ha hecho que surgieran colaboraciones entre firmas interesantes. Es lo que ha ocurrido con Kausi y la firma de joyas Suma Cruz. Así lo explican Laura Corces y Alejandra Arias, de Kausi: “Nuestro objetivo era convertir el abanico en un accesorio de tendencia, añadir diseño a un producto que a priori solo se valora por su funcionalidad”, el Covid-19 cambió sus planes. “A principios de año teníamos un plan de expansión muy ambicioso que por la crisis se detuvo. Ha sido un golpe muy duro en todos los sectores. Fue entonces cuando se nos ocurrió aplicar el mismo concepto a las mascarillas, decidimos reinventarnos.
Le explicamos la idea a nuestros fabricantes habituales de abanicos y nos apoyaron. Nos han acompañado en el proceso sin dudarlo”, gracias a la unión de estas dos firmas han surgido unas mascarillas made in Spain que, según cuentan, están basadas en tres pilares: la calidad, el diseño y la fabricación en España. ¿Es importante que nos sentamos identificados con nuestra mascarilla? Para Avellaneda, sí. “La mascarilla es un accesorio que sí o sí tenemos que llevar y, por supuesto, es una señal de respeto al resto de la gente. Si te gusta la moda o tienes un poco de personalidad, creo que es guay poder incorporar una más original. Al final, es un accesorio más en el look”. Marcas nacionales e internacionales tienen sus propias versiones. Desde Cherubina pasando por Benetton, Beatriz Peñalver, Louis Vuitton, Guess… Hasta marcas de lencería como Wolford o Chantelle tienen las suyas propias. También ha habido marcas que han surgido para cubrir esta necesidad, como Maskk o Abbaccino. Las mascarillas han sido, de alguna manera, un empujón para la industria de la moda. Podemos encontrar mascarillas para todos los gustos y de todos los prints imaginables. La gran pregunta es, ¿seguirán las mascarillas las temporadas, como el resto de prendas del armario? Juan Avellaneda explica que no: “Creo que los diseñadores conjuntarán las mascarillas con algunas prendas, pero dudo que las vayan cambiando por temporadas. No sé hasta qué punto será un accesorio que se quede para siempre. ¡Espero que no! (Risas). Cuando dejemos de usar las mascarillas y la usemos en momentos concretos, como aviones o conciertos, se convertirá en un accesorio mucho más de tendencia”. Veremos qué marca la pasarela.
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