Con las primeras luces del día, antes de la invasión de turistas, un joven recolecta las aceitunas de un olivo frente al Coliseo. De ellas se extraerá luego un aceite como el que degustaban los antiguos emperadores y que ahora, dos milenios después, representa el giro «verde» y sostenible del Foro Romano.
Los Foros, con sus más de cuarenta hectáreas de extensión en torno a la colina del Palatino, son el corazón arqueológico de la ciudad, pero también un área de frondosa vegetación que a su vez sirve de hábitat de lujo para pequeños mamíferos, insectos, reptiles o aves.