Tras meses de incertidumbre, finalmente la Torre Cápsula Nakagin será demolida el próximo 12 de abril. Pese a la multitud de peticiones de todas partes del mundo que reclamaban su conservación, el edificio definitivamente se derrumbará por motivos de seguridad. Pese a la pérdida de esta joya del metabolismo japonés, algunas cápsulas se conservarán y reutilizarán para segundas residencias. Otras, se exhibirán como piezas de museo por todo el mundo, obra del arquitecto Kisho Kurokawa.
Una de las obras de arquitectura contemporánea más distintivas de Japón, la Torre Cápsula Nakagin en Tokio, será demolida en los próximos días por culpa de la corrosión y la falta de mantenimiento, tras la decisión tomada por sus nuevos propietarios. Después de años de incertidumbre en torno a su futuro, el ejemplo más claro del metabolismo japonés sucumbirá a las máquinas de derribo.
Levantada en los años 70, la torre consta de 144 unidades construidas en fábrica dispuestas alrededor de dos núcleos de hormigón. Cada cápsula cuenta con 10 m2 con una ventana estilo ojo de buey, una cama, un baño y electrodomésticos y muebles integrados en la estructura. Las casas del futuro de Kisho Kurokawa dicen adiós 50 años después de levantarse.
La idea original de Kurokawa contemplaba que las cápsulas de la torre fueran reemplazadas cada 25 años. Sin embargo, acabaron siendo una ruina, y quedarse obsoletos sin luz y agua caliente en muchos de ellos.
En estos últimos años, la mayoría de apartamentos estaban vacíos, o se utilizan para almacenamiento. Solo se alquilaba los mejor conservados para los entusiastas de la arquitectura durante algunos días.
En 2007, la asociación de propietarios votó a favor de vender la torre a un promotor inmobiliario que tenía la intención de demolerla. Pero la firma se declaró en bancarrota durante la crisis de 2008, y su destino quedó en un limbo de años.
De nuevo, y tras el golpe de la pandemia, los propietarios decidieron vender. En 2021, el edificio fue adquirido por un grupo inmobiliario denominado Capsule Tower Building (CTB). La empresa ha confirmado que los últimos residentes se mudaron el mes pasado y que la demolición está programada para comenzar el 12 de abril.
Las peticiones y campañas por intentar proteger esta obra modernista no han dado su fruto. El Proyecto de Preservación y Regeneración de la Torre Cápsula de Nakagin pidió a las autoridades locales de Tokio que intervinieran, e incluso consideró solicitar el estatus de protección ante la UNESCO. Pero acabó en nada concreto.
Los esfuerzos para recaudar entre 2.000 y 3.000 millones de yenes, entre 14,6 millones y 22 millones de euros al cambio actual, necesarios para renovar la torre y eliminar la corrosión se vieron perjudicados por la pandemia.
Ahora el proyecto ha cambiado para preservar el mayor número de cápsulas posibles para su renovación y reutilización. Fuentes de la organización han confirmado que el Centro Pompidou en París, y otros museos, se han interesado por obtener una de las cápsulas. El Museo de Arte Moderno de Saitama ya tiene una unidad en su colección.