El Teatro Español de Madrid acogerá el acto homenaje a la escritora madrileña Almudena Grandes (1960-2021) donde se hará entrega de la distinción de Hija Predilecta de la capital a título póstumo.
Así lo ha dado a conocer su viudo y director del Instituto Cervantes, el poeta Luis García Montero, a través de su perfil de Twitter, donde ha precisado que el acto arrancará a las 19 horas y la entrada es libre hasta completar el aforo de la Sala Principal.
El Pleno del Ayuntamiento de la ciudad aprobaba en la sesión de febrero el nombramiento de la autora de ‘El corazón helado’ como Hija Predilecta de Madrid a título póstumo. Todos los grupos votaron a favor, salvo Vox, que se opuso.
El homenaje a la escritora fue uno de los acuerdos alcanzados entre el Grupo Mixto y el Gobierno municipal para apoyar los presupuestos de 2022, con independencia de que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, declarara que Grandes «no merecía» ese reconocimiento, aunque añadiera que «al margen de esas cosas lamentables que escribió fue una persona que ha leído mucha gente, con premios literarios y vinculada a Madrid».
Además, el Pleno también acordó que se le concediera una calle a Grandes y que se hiciera a lo largo de este 2022 un homenaje a su obra literaria. También se colocará una placa para recordar a la escritora en su domicilio de la calle Larra.
MADRID, MADRID, MADRID
Almudena Grandes, Premio Nacional de Narrativa 2018, siempre presumió de las bondades de la capital y puso en valor las virtudes de la Villa y Corte, una protagonista más en todas sus novelas.
La plaza de la Guardia de Corps, la calle Moreto, la casa de las Flores o el cementerio de la Almudena son algunos de los emplazamientos de la capital que situó en los mapas de historias como ‘Atlas de geografía humana’ o ‘Malena es un nombre de tango’.
«Si marcara en un plano de la ciudad todas las casas en las que he vivido, el resultado sería un círculo casi perfecto. Ahora vivo en la calle de Larra, en el mismo barrio donde se instaló mi bisabuelo al llegar a Madrid», explicaba sobre sus raíces.
«Cuando era pequeña, lo que más me gustaba del mundo era venir con mi madre de compras al Centro. Vivía al lado de la glorieta de Bilbao, mis abuelos paternos en la calle de Fuencarral, los paternos en Lope de Vega, enfrente de las Trinitarias… toda mi vida transcurría en el distrito Centro, pero para mí el centro era un cogollo con la Puerta del Sol, calle Mayor, la calle Arenal, Gran Vía y Plaza Mayor», relató.
Fue en 2018, durante la lectura del pregón de las fiestas de San Isidro, donde Grandes dejó patente su amor y defensa de la ciudad de Madrid con la lectura de un claro homenaje a la ciudad que la vio nacer, crecer y convertirse en escritora.
«Como un hada madrina populachera y generosa, Madrid hace a sus hijos dos regalos en el instante de su nacimiento. Uno es el agua, la incomparable delicia de beber directamente del grifo. El otro es el anonimato. Porque en esta villa plebeya, que se enorgullece de su condición tanto o más que otras de sus viejos y aristocráticos blasones, nadie es más que nadie», comenzaba Grandes desde el balcón de la Casa de la Villa, en la plaza homónima.
La autora de ‘Los aires difíciles’ describió a Madrid como «un caos misteriosamente ordenado, la Villa que se ha fundado a sí misma a espaldas de Palacio, y que no es distinguida, ni falta que le hace» y lamentaba a continuación que «Madrid es una ciudad que se quiere poco, mucho menos de lo que debería».
Destacó durante la lectura del pregón que «es una ciudad muy hermosa, una urbe inmensa, con grandes edificios, con amplias avenidas, con parques antiguos y muchísimos árboles, y sin embargo, se sigue escuchando a diario las célebres tonterías del secarral y del poblachón manchego».
«Todos los días alguien se burla del Manzanares porque no entiende nada. Que el verdadero río de Madrid es La Castellana. Que su virtud suprema es la velocidad. Que su patrimonio más valioso es su espíritu de resistente, la feroz determinación con la que se aferra a la vida hasta en los momentos peores, que los hemos tenido, y han sido muchos, y muy malos», explicó a los allí congregados.
«Capital del dolor, capital de la gloria, esta es la ciudad que nunca se detiene, una superviviente capaz de renacer una y otra vez de sus propias cenizas», manifestó.