Antonio de la Torre vuelve a las salas para meterse de nuevo en la piel de un policía, esta vez uno tan diferente a sus personajes anteriores que habla en francés, que lleva una bala metida en la cabeza que le hace llorar sangre y que acaba de ver cómo su hijo se lanza a las vías ante el convoy de metro que conduce.
Es Leo Castañeda, «un hombre profundamente triste al que mueve únicamente la culpa», según lo define el actor español, feliz de haberse «lanzado» al audiovisual francófono en esta aventura, dirigida por el chileno-belga Giordano Gederlini.