Llega la hora del aperitivo en fin de semana: abres una lata de mejillones en escabeche y antes de llevarla a la mesa, viertes el líquido de la conserva por el fregadero. Vas a preparar una crema de calabacín, le quitas la piel y la tiras a la basura. Compraste un pollo asado y han quedado los huesos, que llevas al cubo de los desechos orgánicos… ¿Te suena todo esto?
Deberías saber que hay muchas cosas que tiramos a la basura y que podríamos aprovechar. De eso vamos a hablar hoy, de cómo sacar provecho a las mondas de las verduras, los huesos de un pollo o los líquidos de las verduras en conserva, por ejemplo. Vamos con ello.
- Piel de calabacín: por supuesto, tras lavarlo debidamente puedes añadirlo tal cual, quitando los bordes, en tu crema de verduras y con la piel, sin problemas. También, si pelas el calabacín puedes añadirle esas pieles a la tortilla de patatas mientras se están friendo las patatas. Verás que te queda un sabor muy parecido a como si hicieses tortilla de espárragos, te aseguramos que ganará en jugosidad.
- Los huesos del pollo asado: el pollo estaba tan bueno que solo quedaron los huesos. No los tires y utilízalos para un caldo: quita los restos de piel y añade al agua cebolla, puerro, zanahoria, ajo y sal. Si tienes una olla de cocción lenta, ponlo en la olla durante unas diez horas: al final dispondrás de un caldo riquísimo al que solo tendrás que añadir unos fideos. Cena resuelta.
- ¿Pan duro? Es uno de los alimentos que suele acabar en la basura y es una pena, porque lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Prueba a rallarlo y tendrás pan rallado para tus rebozados. También puedes hacer daditos y tendrás picatostes para tus cremas de verdura, solo tendrás que pasarlos antes por una sartén con un poco de aceite. Y si no, las exquisitas migas: trocéalo y añade algo de chorizo, panceta, patata cocida, ajo y pimentón, harán un plato sabroso y bien completo.
- ¿Las frutas se están poniendo feas? Hazte un batido o un puré de verduras para los peques. Si el plátano tiene mala cara, utilízalo para hacer un pan de plátano o ‘banana bread’: es una merienda fabulosa para grandes y pequeños. Y ojo, que con la piel del plátano puedes preparar un fertilizante natural para tus plantas: trocéala, ponla en agua, déjalo en un envase y riega con el líquido resultante tus plantas.
- ¿La lechuga tiene mala pinta? No tires las hojas que peor están y añádelas al puré de verduras.
- ¿Comisteis pescado y no sabes qué hacer con la cabeza? No la tires: con ella harás un fumet de pescado estupendo que puedes usar para tu próxima paella.
- Las hojas verdes de las zanahorias van fenomenal en las sopas de verduras. O si no, puedes picarlas muy pequeño y utilizarlas como hojas aromáticas e incluso pueden sustituir la albahaca en la salsa pesto.
- ¿La parte verde del puerro se tira? No: si está tierno, lo puedes usar como cebollino encima de unos huevos rellenos, por ejemplo. Si está duro, basta añadirlo al caldo de verduras.
- No tires el tronco del brócoli: cuécelo y después bátelo con una cucharada de aceite de olivo, medio limón, un poco de ajo picado y una cucharada de tahini. Ya verás qué hummus más original.
- Las pieles de las patatas nuevas pueden servir de snack: lávalas muy bien y hornea o fríe, según gustos. Idóneas para mojar en salsas. Las pieles de pescado sirven para lo mismo: córtalas, fríelas en aceite muy caliente y tendrás unas estupendas cortezas.
- Y, para terminar, ¿tiras el caldo de las conservas? No lo hagas: si las latas son de conservas al natural (almejas, berberechos, navajas…) ese líquido es un caldo que puedes añadir a un guiso de pescado, en vez de poner agua, pones ese caldo y ya verás que el guiso gana en sabor. Si son en escabeche, lo puedes poner en un pescado cocido o a la plancha, le da un toque muy interesante.