Café A Brasileira, El Mundo Fantástico de la Sardina Portuguesa o la Pastelería de Belem son tres de los negocios tradicionales lusos que con la crisis del coronavirus reivindican la autenticidad y la vuelta a los orígenes como mecanismo para sobrevivir a las pérdidas provocadas por la pandemia.
Las restricciones de movilidad y la ausencia de turistas en el país luso, que supera los 325.000 infectados por Covid-19 y más de 5.100 fallecidos, han provocado que estos negocios típicos vean descender sus facturaciones y, una vez más, busquen reinventarse para sobrevivir en un sector que, según la Confederación de Turismo luso, perderá el 58 % de sus locales antes de la primavera de 2021.