La lluvia ha dado tregua en la noche de este miércoles, 7 de junio, para que Bob Dylan cautive al público de la primera jornada del festival Las Noches del Botánico. El trovador estadounidense ha encandilado como se esperaba, sin dejar espacio a la nostalgia en su repertorio, siempre al piano y en un espacio no invadido por las pantallas de los teléfonos móviles, algo poco habitual en estos tiempos.
Con retraso, a las 21.45 horas, el músico asalta el escenario ubicado en el inigualable Real Jardín Botánico Alfonso XIII junto a su banda, todos de negro, para dar inicio en España a su gira ‘Rough and Rowdy Ways’, con la que recorre el mundo desde noviembre de 2021. Lo hace justo al parar la lluvia y a ritmo de la versión de ‘Watching the River Flow’ de su reciente publicación ‘Shadow Kingdom’ (2023), álbum en el que reinterpreta canciones de su histórico catálogo.
Entre las 2.200 personas que ocupan al completo el aforo del recinto, reina la calma y el entusiasmo a la vez, se mezclan el respeto y el fanatismo por ver a uno de los grandes iconos musicales del siglo XX. El concierto más caro de Noches del Botánico – las entradas variaban entre 80 y 220 euros- se hace aún más inigualable al no interferir las pantallas de los dispositivos móviles entre los asistentes y el artista, para quien esto se ha convertido en requisito indispensable. No hay vídeos ni fotos. No es la primera vez en España en la que los protagonistas toman esta decisión, ya lo hicieron hace algunos meses Bono o Quentin Tarantino.
En total orden, con los teléfonos guardados desde la entrada en bolsas precintadas personales, continúa la noche con un Dylan que no invierte tiempo en dirigirse a su público y por el que se nota el paso de los años. Nada menos que 82 recién cumplidos. Sin embargo, también se le ve un poco simpático, algo agradecido, alejándose por pequeños momentos de esa imagen de arisco con el público que ha alimentado a lo largo de su trayectoria.
En una concierto en el que no se despega del piano, el Nobel de Literatura toca una versión de su canción de los setenta ‘Most Likely You Go Your Way and I’ll Go Mine ‘ para inundar de paz y serenidad después recitando ‘I Contain Multitudes’, tema muy aplaudido perteneciente al álbum que da título a la gira, un trigésimo noveno trabajo de estudio irremediablemente relacionado con la pandemia -se publicó en junio de 2020-.
Y es que, Robert Zimmerman se sostiene en este disco, el último de canciones nuevas y propias, tras ‘Tempest’ (2012), para tejer su espectáculo en la noche madrileña. Hasta nueve de las diez canciones del álbum, muy alabado por la crítica, suenan en una velada en la que el poeta regala 17 piezas. Solo hay que hacer cuentas.
Con su voz agrietada, Dylan canta así este trabajo en el que aborda el amor, clama a la vida y conversa con la muerte, envuelto en historia y referentes culturales. Suena así el folk de la potente ‘Black rider’ o ‘Mother of Muses’, y el blues de ‘False Prophet’;» ‘Crossing the Rubicon’, entre ovaciones, o ‘Goodbye Jimmy Reed’, entre otros.
No deja casi espacio a la nostalgia en su repertorio, aunque se aprecian concesiones como las versiones de apertura o el folk rock de ‘When I Paint My Masterpiece’ (1971), que desde su primera estrofa levanta ovaciones.
Oír la armónica que introduce ‘I’ll Be Your Baby Tonight’ (1967) también hace vibrar a los asistentes, en silencio y sentados, como también disfrutan con el country de ‘To Be Alone With You’ (1969).
La más rockera ‘Gotta Serve Somebody’ (1979) también brilla pasada la mitad de una noche en la que muchos se quedarán con ganas de escuchar antiguas joyas como ‘Blowin’in The Wind’, ‘Like a Rolling Stone’, ‘Forever Young’ o ‘Desolation Row’, entre otras. Más de uno de los presentes haría varios cambios en el repertorio de la cita, pero eso no significa que no estén gozando un espectáculo sublime.
Con ‘Every Grain of Sand’, de su álbum ‘Shot of love’ (1981), el bardo estadounidense culmina la primera de sus paradas de su gira por España y la apertura de las Noches del Botánico, donde volverá a tocar este jueves, 8 de junio. Para despedirse, Dylan se despega por fin de su piano. Como si le costase mantenerse en pie frente a su público, saluda tímido. La ovación de unos asistentes en pie es tremenda.
El reencuentro de Bob Dylan con sus seguidores españoles se produce después de cuatro años y con un total de 12 conciertos. Tras Madrid, recalará en Sevilla, Granada, Alicante, Huesca, San Sebastián, Logroño y Barcelona. ¿Será esta gira la última del gran trovador estadounidense en estas tierras? Con 82 años se hace cada vez más complicado que pueda repetirse. No obstante, este tour continuará en otros países y se prevé que Dylan siga tocando hasta 2024, tras lo que no sería raro una nueva tirada de concierto, pues lleva décadas de escenario en escenario, al parecer incansable.
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