Manzanos, perales y cerezos son algunos de los árboles frutales que se cultivan en un vivero ciudadano en Bruselas, para ser plantados después en las calles y zonas públicas de la capital belga y ayudar a convertirla en una ciudad verde y «comestible».
Una de las coordinadoras del proyecto del vivero del Centro de Ecología Urbana, Nina Vankerckhove, señaló en una entrevista que sus objetivos son reverdecer Bruselas y ofrecer una «ciudad más comestible» con árboles frutales que servirán para el bien común.