Treinta años después de su muerte, José Monje Cruz, Camarón de la Isla, sigue siendo una leyenda del flamenco. Su mirada, tímida y penetrante, vuelve ahora a las calles de su ciudad natal, San Fernando (Cádiz), como aún preguntándose qué cantó, qué hizo para convertirse en un mito inmortal.
Cuando se cumple, hoy 2 de julio, el treinta aniversario de su fallecimiento, su ciudad natal ha querido recuperar su presencia. Y Camarón se ha hecho presente a través de un mural gigante de una fotografía de Joaquín Hernández, Kiki, desde la que el cantaor mira a los ojos a todo aquel que le mira.