Ganar espacio o cuidar de la salud son algunas de las habilidades de estos muebles inteligentes a los que ya debes hacer un hueco en tu casa.
Sus taburetes se combinan convirtiéndose en un sofá para atender las visitas, también una chaise longue para ver cómodamente una serie y hasta en una cama, en el caso de que la siesta haya ganado la partida. En 2016 la suiza Vitra sorprendía en el Salón del Mueble de Milán con Lift-Bit, un sofá modular motorizado que cambia de forma para satisfacer la necesidad del momento. Había nacido el mueble inteligente.
“El mueble inteligente o smart furniture es un objeto que produce una acción determinada como respuesta a la adjudicación de órdenes por parte del usuario y al análisis de datos continuado”, explica Beatriz Amann, directora de la Escuela Internacional de Diseño IED Madrid. Y desde hace cinco años, estas propuestas no han dejado de sorprender impulsando una nueva generación de mobiliario dotada de unas capacidades asombrosas.
Fusión entre mueble y tecnología
En opinión de Pepa Casado D’Amato, cazadora de tendencias y fundadora de la consultora Future-A, en la que trabaja con la industria de la decoración: “El mueble comienza a introducir funcionalidades propias de la tecnología, inaugurando una relación con el usuario que poco a poco irá evitando la pantalla”. Así, ya se comercializan dormitorios juveniles con camas abatibles cuyos mecanismos se activan con los asistentes de voz más populares como Siri, Alexa o Google Home.
Por su parte, Amann apunta que las ventajas de la tecnología aplicada al mueble ya son constatables en aspectos como la “optimización de recursos energéticos dentro del espacio habitado”, con el consiguiente abaratamiento de facturas. En esta línea, en la Feria Valenciana Hábitat se presentó una mesa para exterior que al incorporar placas solares permite conectar dispositivos electrónicos.
Como segundo valor, Amann señala una usabilidad sencilla, que permite simplificar las tareas y rutinas en el hogar: “Una realidad con la que ganamos algo tan valioso como tiempo. Y estos dos factores hacen que no vaya a pasar mucho tiempo hasta que se conviertan en objetos cotidianos”.
Qué hace un mueble inteligente por ti
La fusión del mueble y la tecnología nos adentra en los interiores inteligentes. Son unos espacios sensibles, hiperconectados y decorados con muebles que suman a su utilidad más ortodoxa nuevos valores.
1. Conectarte y conectarse
Una de las primeras habilidades del mueble inteligente es su conexión a las redes de información y dispositivos, es el Internet de las cosas que con el desembarco de la tecnología 5G se va a acelerar. Para D’Amato “aunque hay muchos muebles que trabajan en mejorar la conectividad dentro de la vivienda, compiten con otros productos que pueden realizar esta misma función de forma más eficiente y a menor coste”, por ello aconseja que “los smart furniture apuesten por explorar las funciones esenciales del mueble para incrementar su valor a través de la tecnología”.
Todo parece indicar que en materia de conectividad los altavoces inteligentes serán los grandes facilitadores asumiendo el papel de consola de control por voz para sistemas lumínicos, de climatización, seguridad u otros de la vivienda inteligente.
Pero esta evidencia no impide que “las firmas tecnológicas están apostando por un entorno cotidiano donde cada superficie sea inteligente”, como recuerda Amann. Hoy ya ocurre con propuestas como Open MIrror de Digital Habits, un espejo con una interfaz gestual que permite controlar la música sin tocar el teléfono mientras te maquillas o afeitas.
“Y a medida que la interactividad de las fibras se desarrolle, también se conectarán las superficies textiles a los espacios”, adelanta desde el IED. Así nacen ideas como la de la Computadora bordada, un desarrollo experimental realizado por Irene Posch y Ebru Kurbak en Austria, que aplica la tradición del bordado en oro para crear una tela-ordenador. Estas experiencias dan muestra de lo que las telas de cortinas, colchones o sofás podrán hacer en breve.
2. Adaptarse a tus necesidades
El mueble inteligente puede tener en su capacidad adaptarse a la necesidad de cada cliente otra de sus grandes aportaciones. Y aquí el factor fundamental es el espacio. Para D’Amato gracias a la digitalización de procesos, la industria “adapta de forma eficiente cada producto al usuario sin demasiados costes”, como ocurre con propuestas como Tylko, comercio electrónico que permite crear estanterías únicas: “Pasamos de un producto homogéneo en masa a un producto masivo pero adaptado a cada usuario”, apunta.
3. Optimizar el espacio de tu casa
“La multifuncionalidad será cada vez más importante, sobre todo ahora que las casas están asumiendo nuevas funciones como la de oficina, y al mismo tiempo siguen reduciendo su dimensión media”, avanza D’Amato.
Soluciones tan sorprendentes como la Cloud Bed desarrollada por la neoyorquina ORI ejemplifican este esfuerzo del mueble inteligente por optimizar el espacio. Esta ingeniosa solución escamotea en el techo de la habitación una cama que al deslizarse sobre la pared se sobrepone al sofá, transformando el salón en un dormitorio.
4. Cuidar de tu salud
El cuidado de la salud es otro de los campos de experimentación del mueble inteligente. Los de los colchones de la alemana Emma son un buen ejemplo en el cuidado del descanso. Cuentan con un sistema de inteligencia artificial alimentado por 360 sensores de movimiento para aprender los patrones de sueño de cada persona, con el objetivo de ajustarse automáticamente a los contornos del cuerpo, proporcionando una alineación óptima de la columna vertebral.
Otro ejemplo es el de la luz circadiana, concepto que explica D’Amato: “La que se adapta de forma progresiva a la luz natural para ayudarnos a mantener el ciclo biológico”. Se concretan en sistemas como ventanas que reproducen en interiores una luz que imita perfectamente a la del exterior, como el sistema Oculus de la finlandesa Light Cognitive que evoluciona según avanza el día o sistemas como Solidscape de Delta Lighting que se va adaptando al ritmo del usuario.
5. Economizar gastos
Los sistemas de iluminación son quizá la mayor aportación al ahorro del mueble inteligente por el momento. Distribuidores tan masivos como Ikea ofrecen reguladores como Tradfri que además de crear distintas escenas lumínicas permiten controlar el encendido y apagado o regular la luz natural a través del control de los stores. Estas asistencias posibilitan el ahorro en costes de electricidad y climatización.
6. Cuidar del medio ambiente
“No todos los muebles que integran tecnología son inteligentes”, advierte D’Amato para defender la acepción más apropiada y ortodoxa del concepto. Como ya se señaló para ser considerados como tales, deben utilizar información externa para adaptarse al contexto o usuario de manera autónoma, sin necesidad de la intervención total del usuario, ya sea a través de Inteligencia Artificial o de análisis de datos.
Pero en este recorrido sobre las aportaciones del mueble inteligente también debe tenerse en cuenta su apuesta por el uso de materiales respetuosos con el medio ambiente, en muchos casos reciclados y reciclables, y las tecnologías productivas sostenibles.
Empezando por estas últimas, destaca el uso de la impresión 3D y el corte láser, que deslocaliza los medios de producción para acercarlos al usuario final, al tiempo que permite hacer tiradas más reducidas. Ya existen empresas como la americana Open Desk que ofrece mobiliario de oficina que se fabrica en el país del cliente, fomentando los mercados locales y reduciendo la huella de carbono derivada del transporte.
Por otro lado, “los diseñadores han detectado el gran potencial del uso de los residuos de la moda, alimentarios e industriales”, explica Amann: “En este sentido, los materiales de desecho ofrecen imprevisibilidad y acabados e imperfecciones singulares que aparecen como valor del objeto único y de la personalidad natural del material”.
Ahí surgen conceptos como los plásticos oceánicos. Y un ejemplo es el de la colección Musselblomma de Ikea, con textiles que nacen de residuos plásticos capturados en el Mediterráneo por 1.500 pescadores.
Y en el área de materiales sostenibles, el estudio portugués Digitalab ha creado un hilo de corcho con el que se pueden realizar con procesos totalmente digitalizados muebles, lámparas y textiles. Se ha bautizado como Co-rk y ya ha recogido premios como el de la Feria del Mueble de Estocolmo.