Está claro que cada vez los restaurantes nos sorprenden más, no solo con una exquisita gastronomía, sino también con una “aventura” para disfrutar con los 5 sentidos. Es el caso de Sinestesia, una propuesta única en Madrid: En torno a una única mesa, 16 comensales pueden vivir una experiencia multisensorial de dos horas y media que combina sorpresa, diversión y dinamismo gracias a diversos estímulos audiovisuales proyectados en el espacio a medida que se va presentando el menú. A través de locuciones, construye una narrativa en la que imágenes, sonidos, mensajes, sabores y texturas son clave para vivir una experiencia inolvidable.
La localización ya sorprende, ya que el restaurante está «escondido» en mitad de un pequeño pasadizo en el centro comercial Caleido. Y la bienvenida personalizada también.
Y es que se trata de una experiencia gastronómica inmersiva capaz de combinar tecnología y alta cocina para sumergir a los comensales en un viaje multisensorial. Su objetivo: que los comensales disfruten de un rato único y descubran a qué saben los colores.
Todo gracias al chef Kiko Moya, ganador de 2 Estrellas Michelin y 3 Soles Repsol con L´Escaleta, que es el asesor y coordinador de la nueva y original propuesta del restaurante, y el amable equipo que compone el restaurante.
Su exquisito y sorprendente menú tiene el reto de traducir al lenguaje gastronómico la extraordinariamente rica variedad de sensaciones que cada color es capaz de provocarnos, y es que cada etapa del viaje se abre con ingeniosa reflexión acerca del papel que cada color juega en nuestro mundo, así como de su capacidad para jugar con nuestras percepciones y emociones.
Un viaje al sabor de los colores
Las veladas en Sinestesia se construyen alrededor de un viaje en busca del sabor de los colores. El menú, con un precio único de 270 €, maridaje incluido, y 190 euros con agua y agua con gas, supone la tangibilización gastronómica de cada uno de los colores que los comensales “visitan” en las 7 etapas de la experiencia.
Se trata de una experiencia para comensales que exigen algo más que una simple vivencia gastronómica y que demandan un momento único y sensorial capaz de complementar y expandir todo lo que los chefs son capaces de ofrecer con sus platos. Estímulos audiovisuales que, sincronizados con texturas y sabores, transporten a quien se sienta a una mesa a lugares en absoluto accesibles en un restaurante tradicional. Una propuesta perfecta tanto para ir en familia, parejas o incluso para empresas.