Debemos tener clara la diferencia entre edad cronológica y edad biológica.
La edad cronológica es un criterio que calcula el tiempo transcurrido entre nuestro nacimiento y el momento actual.
En realidad son la edad biológica y la edad celular las que marcan el envejecimiento “real” de nuestro cuerpo, mente y, por supuesto, piel.
La edad biológica está condicionada por nuestra genética, nuestra actitud, el estilo de vida y los cuidados faciales y corporales.
Por supuesto, también influye el momento en que comenzamos a intensificar estos cuidados ya que el cuerpo no entiende de números y, al cabo de los años, lo que acaba pesando es cómo lo hemos cuidado.
La edad aparente de una persona viene marcada por el envejecimiento de sus células, y para un buen funcionamiento celular, es fundamental mantener hábitos saludables:
- Hábitos alimenticios
- Hábitos físicos
- Cuidados de la piel
La genética no es el principal factor a tener en cuenta, una persona puede ser hasta una década más mayor biológicamente que otra persona de la misma edad cronológica.
¿QUÉ CUIDADOS Y HÁBITOS SON LOS IMPRESCINDIBLES?
Si eres de las que entre el trabajo, la familia y la casa lleva años posponiendo sus propios cuidados, ¡no te desanimes!
En tan solo tres semanas de vida sana, cambios de hábitos, etc., el metabolismo empieza a notar los beneficios, así que nunca es tarde para empezar.
Al final, la edad es una actitud y el número que pone en el DNI poco importa cuando uno se siente joven.
HÁBITOS ALIMENTICIOS
Para vivir más años, con salud y vitalidad, cuentas con alimentos antioxidantes, los cuales pueden luchar contra el envejecimiento prematuro. Los alimentos anitoxidantes contrarrestan el estrés oxidativo de los tejidos.
Alimentos con poder “anti-aging” que puedes incluir fácilmente en tu dieta habitual:
- Té verde, rico en antioxidantes.
- Nueces, el fruto seco con más carga de omega-3. Una grasa buena con acción antiinflamatoria. Además, como la mayoría de frutos secos, es fuente de proteínas y minerales.
- Cúrcuma y jengibre. Estas raíces son indispensables en cualquier despensa de quien desea prevenir el antienvejecimiento por su alta capacidad antiinflamatoria.
- Uvas, principalmente las negras, son ricas en uno de los antioxidantes más conocidos sobre todo en cosmética como es el resveratrol.
- Frutos rojos y frutos del bosque, por su protección frente a los radicales libres causantes de la oxidación celular. Además, tienen como gran ventaja su bajo contenido en azúcares naturales.
- Alimentos de temporada ricos en vitamina C, como cítricos o brécol.
- Suplementos probióticos y prebióticos, ya que ayudan a mantener la flora intestinal sana, y no debemos olvidar que el segundo cerebro es el aparato digestivo, fuente principal de nuestra salud y nuestro bienestar físico y mental.
HÁBITOS FÍSICOS
Duerme bien, la falta de sueño afecta a nuestra piel, se vuelve menos elástica, lo que resulta una piel con arrugas y flácida, además de las molestas ojeras.
Haz ejercicio de forma regular, lo dice la ciencia, el deporte podría frenar, incluso revertir el envejecimiento de la piel, así que ¡toca moverse!
Si eres de las que no te gusta ningún deporte o acudir al gym, seguro que salir a andar te gustará: es fácil, sencillo y libera de estrés cuerpo y mente.
HÁBITOS DE CUIDADO FACIAL Y CORPORAL
Para daros una idea de cómo empezar a cuidar vuestra piel para veros y sentiros más jóvenes, os recomendamos utilizar productos cosméticos apropiados para vuestra edad y tipo de piel. En este punto es primordial un buen y adecuado diagnóstico por tu facialista.
¿Qué edad crees que aparenta tu piel?
La piel, al igual que todos los órganos de nuestro cuerpo, envejece. ¿Quieres saber cómo proteger tu piel del envejecimiento prematuro?
Los malos hábitos, no protegerla de agentes externos, exponerla de manera excesiva y sin protección al sol o, simplemente, no aportarle una ayuda extra para que se mantenga hidratada puede causar la aparición de arrugas y manchas prematuras y pérdida de elasticidad, así como falta de luminosidad y sequedad en la piel.
Protegerse del sol, no solo en verano, también durante todo el año. Utiliza crema solar específica para el rostro o usa una base de maquillaje con SPF elevado, porque los rayos solares UVA, que son responsables del envejecimiento prematuro, están más presentes en invierno. Por supuesto, la protección solar corporal también ha de ser importante en tus hábitos saludables.
El dúo infalible LIMPIEZA + HIDRATACIÓN
Dedicar el tiempo necesario a la limpieza diaria con los productos adecuados sin dejar pasar un solo día. No nos cansamos de repetir que esta combinación desde joven hace que la piel permanezca sana siempre, sea cual sea tu edad cronológica o biológica.
Aportar una ayuda extra a la piel, una crema o sérum hidratante, antiedad o antiarrugas (el más adecuado para tu tipo de piel) que estimule la síntesis de colágeno para ayudar a la piel a mantenerse joven por más tiempo.
No hemos de olvidar el papel de la nutricosmética en el engranaje antienvejecimiento. Cada vez son más los adeptos a la nutricosmética como forma de complementar los tratamientos tópicos con el fin de tener una piel, uñas y cabello y organismo sanos, mejorar el aspecto por fuera actuando desde el interior. Aportando nutrientes y frenando la inflamación, favoreciendo el descanso, reduciendo la ansiedad, etc.
La nutricosmética nos puede ayudar a mejorar la salud, la apariencia física y la piel. Nos ayuda a cuidarnos desde el interior. Cada vez es más utilizada y comprendida.