El nuevo Rolls-Royce Boat Tail, un descapotable que cuesta nada más y nada menos que 23 millones de euros.
De este vehículo se han fabricado tres unidades, todas ellas hechas a medida y con especificaciones únicas. Tres unidades para tres clientes (que no sabemos quienes son) que serán las tres únicas personas que podrán presumir de tener este coche, ya que la compañía ha asegurado que no se harán más. ¿Y qué tiene este coche para costar tanto? Pues vamos a verlo.
Por un lado, el Rolls-Royce Boat Tail está basado en el Phantom Drophead, que ya está descatalogado. Con él comparte su plataforma de aluminio y el motor, un 6.75 V12 de 563 CV. Como curiosidad, si hubieras comprado uno de los últimos 50 Phantom Drophead antes de 2017 te habrías llevado también un trocito de la fábrica de Goodwood.
El Rolls-Royce Boat Tail es un coche descapotable cuya trasera (de madera) simula la popa de un yate. Dicha trasera se abre para dejar ver un sistema de almacenaje de champán, bebidas frías, copas, toallas, platos y hasta caviar. En los laterales tenemos dos mesas de cóctel y taburetes, porque en algún sitio habrá que sentarse a tomarse el champán. Todo un lujo.
Tiene cuatro plazas, mide 5,8 metros, un diseño llamativo pero a la vez bastante minimalista y materiales de lo más nobles: carrocería de aluminio hecha a mano, incrustaciones de acero inoxidable, cueros exclusivos y detalles pintados a mano. También incluye unos relojes Bovet 1822 a juego, una pluma Montblanc y una sombrilla.
Como decíamos anteriormente, hay tres coches y el primero es el que vemos en las fotos que acompañan este artículo. Este coche tiene 1.813 piezas fabricadas sola y exclusivamente para él. El precio, recordemos, es de 20 millones de libras, que son 23 millones de euros más o menos.