No está en ningún gran museo, pero Beeple es uno de los artistas del momento. Christie’s ha vendido por 70 millones de dólares su obra «Everydays: The First 5000 Days». Lo llamativo no es solo la cifra, sino que se trata de una obra de arte puramente digital.
La casa de subastas londinense ha celebrado su primera subasta de arte digital y la experiencia se ha saldado con la venta por 69 millones de dólares del NFT del criptoartista Beeple. La creación, Todos los días: Los primeros 5.000 días, reúne centenares de creaciones alumbradas durante más de una década por este artista, llamado Mike Winklemann, sobre un lienzo de 21.069 x 21.069 píxeles.
La venta empezó el pasado 25 de febrero y ha sido hoy cuando ha culminado. Partió de los 100 dólares, alcanzó los 10 millones de dólares a principios de semana y, finalmente, se ha vendido por 69.346.250 dólares estadounidenses. Es la obra de arte digital más cara de la historia que coloca a su autor, además, entre los tres artistas vivos más exitosos.
El arte digital es un token enclavado en la cadena de bloques
Todos los días: Los primeros 5.000 días podríamos decir que es una retrospectiva del artista. Es, literalmente, la plasmación de todas las obras de arte digital que diariamente ha creado este hombre a lo largo de los últimos 13 años. Un collage de las variadas creaciones de este diseñador gráfico estadounidense.
«En ‘Todos los días: Los primeros 5.000 días’, el artista ha unido temas recurrentes y esquemas de color en un todo estético. Las piezas individuales están organizadas en un orden cronológico impreciso: el zoom revela imágenes a su vez abstractas, fantásticas, grotescas o absurdas, profundamente personales o representativas de los acontecimientos actuales. Entre los temas recurrentes se encuentran la obsesión y el miedo de la sociedad por la tecnología, el deseo y el resentimiento por la riqueza, y las recientes turbulencias políticas en Estados Unidos».
Hace pocos días, Jack Dorsey vendió el primer tuit de la historia como un NFT. En realidad, no el tuit como tal, sino «un certificado digital del tuit, único porque ha sido firmado y verificado por el creador», como explicaba la plataforma usada por el fundador de Twitter. Con el arte digital es más de lo mismo: se ofrece un certificado emitido por parte del autor de un contenido formado por unos y ceros que podría y puede estar en cualquier parte reproducido miles de veces.
El arte digital no es nada nuevo, su historia se remonta hasta la década de los sesenta, pero «la facilidad de duplicación ha hecho casi imposible asignar la procedencia y el valor a este medio», dice la casa Christie’s. Lo que pretenden solucionar, en principio, los tokens no fungibles.
«La reciente introducción de los tokens no fungibles (NFT) y la tecnología blockchain ha permitido a coleccionistas y artistas por igual verificar el legítimo propietario y la autenticidad de las obras de arte digital», dicen desde esta institución de las subastas. La persona que ha comprado la obra, por tanto, la recibirá «directamente desde Beeple» acompañada de «un NFT único encriptado con la firma infalsificable del artista e identificado de forma única en la blockchain«. MakersPlace, un mercado digital, ha emitido el NFT de la pieza.