Mikio Kurokawa, hijo del afamado arquitecto japonés Kisho Kurokawa, uno de los fundadores del Metabolismo nipón, trata de salvar el legado de su padre con una campaña de ‘crowdfunding’ para conseguir la financiación necesaria para preservar la Casa Cápsula K, una obra de 1973 que guarda la esencia de construcción por módulos como el famoso Nakagin Capsule Tower, ahora en peligro de derribo.
La intención de Mikio, también arquitecto, y varios otros profesores es la de convertir la casa en un centro de formación y alojamiento para investigadores, estudiantes y de acceso al público en general. La Casa Cápsula K es uno de los pocos edificios de metabolismo que aún se mantienen en pie en Japón.
La casa en medio del campo se encuentra en la ciudad de Kitasaku-Gun, en la prefectura de Nagano. La villa tiene un eje central con una entrada, una sala de estar y escaleras, con cuatro cápsulas adjuntas a su alrededor. Las cápsulas que sirven para dos dormitorios cuentan con ventanas acrílicas.