Andrés Sirvent, el heladero español más premiado del mundo, se define como un «edulzador de la vida», una cualidad que lleva a gala desde la ciudad riojana de Calahorra, adonde llegó, desde Jijona (Alicante), hace 34 años, y donde ha desarrollado una carrera profesional que le ha aupado a los más altos reconocimientos.
Su establecimiento, del mismo nombre, está considerado uno de los más premiados de España, con más de 300 galardones y condecoraciones nacionales e internacionales, aunque, para él, lo más importante es «el día a día y que el cliente consuma postres y helados todo el año. Es un mérito y un reflejo de que lo estamos haciendo bien».