El Museo Reina Sofía ha finalizado tras cinco años de trabajo el proceso de restauración de ‘Sylvie’, obra de Öyvind Fahlström, el artista conocido por sus piezas de «variabilidad limitada» y considerado el precursor del arte pop europeo.
‘Sylvie’ es una de esas piezas ‘movibles’ inspirada en la figura de la actriz Sylvie Vartan. La obra, que cuenta con una suerte de ‘instrucciones’ de diez dibujos que establece cómo pueden ser colocadas las piezas –a modo de un collage–, está formado por dos planchas de madera y metal y diferentes elementos imantados, algunos de los cuales habían desaparecido.
En el caso de ‘Sylvie’ faltaban nueve piezas –entre ella la principal de la obra– que han sido nuevamente elaboradas por el departamento de restauración del museo, con la colaboración de Fundación Mapfre. Sharon Avery-Fahlström, viuda y ayudante en los últimos años de vida del artista, ha explicado las dificultades para restaurar la obra.
«Estaba haciendo un trabajo de documentación y llamé a un productor de Hollywood que era amigo de Fahlström y tenía varias obras, entre ellas ‘Sylvie’. Cuando le pregunté por esta pieza, hubo un silencio al otro lado del teléfono y luego me admitió que no sabía bien dónde estaba», ha señalado.
Pasado un tiempo, consiguieron encontrar la obra, pero sin algunas piezas –«aunque estaba bastante bien en general», ha matizado– y, a la muerte del productor, Avery-Fahlström consiguió convencer al nuevo propietario de la necesidad de restaurar la obra y exhibirla –‘Sylvie’ podrá verse en una de las salas del museo para la colección–.
Sin embargo, se disponía de escasa información y de documentación poco precisa, aunque el hallazgo de una diapositiva en color en los archivos de Sharon Avery facilitó el trabajo. Una de esas piezas perdidas era la figura de Sylvie, que da nombre a la obra y que es un dibujo de la cantante francesa Sylvie Vartan.
Otro de los elementos de los que se carecía era una tira de cuentas que salía de la boca de otro personaje de la obra. Tampoco se conocía inicialmente el color, pues solo se disponía de una foto en blanco y negro de una exposición.
El rostro de Sylvie costó ajustarlo y no se dio por cerrado hasta que la viuda de Fahlström proporcionó la portada de un ‘single’ de la época con la cara de Vartan. Ese material fue de donde el artista extrajo la imagen original y entre la fotografía y la portada se llevó a cabo el dibujo de la reproducción.
Otra pieza importante sobre la que se ha basado esta restauración es una obra formada por diez fotocopias de los dos paneles y donde las piezas móviles se encuentran en el lado derecho de la fotocopia y posteriormente el artista dibujó a lápiz, témpera y tinta simulando las diez distribuciones propuestas por él.
UNA OBRA «FRANKENSTEIN»
Diez formas en las cuales se pueden colocar las piezas móviles validadas conceptualmente por Fahlström y que son las formas en la que se puede exponer la obra. «Él trabajaba con una regla muy firme sobre las posiciones en sus obras y hablaba de que se podían volver un ‘Frankenstein'», ha explicado la viuda del artista.
«Llegó a la conclusión de que si permitías que fuera el público el que moviera las piezas, al final no sería su obra. Pasó a decidir un número de ‘fases’ en las que se podían colocar las piezas e incluso para su última exposición escribimos un texto informando de que al público no se le permitía cambiar las piezas», ha explicado.