La historia de este triángulo de 70 cm de lado, localizado en la esquina oeste de la calle Christopher con la 7ª Avenida de Manhattan, comienza en 1910, momento en el que comienza la regeneración urbana de Nueva York. Durante la segunda década del siglo XX, el Ayuntamiento comenzó este proceso de transformación que trajo consigo el derribo de barrios enteros para otorgar más protagonismo a las ampliaciones de calles y avenidas.
Los derribos venían asociados a expropiaciones de bloques de edificios completos. De hecho, en la zona donde ahora se encuentra este Triángulo de Hess se expropiaron 253 inmuebles, aunque hubo uno, llamado ‘El Voorhis’, que se resistió a esta nueva trama urbanística. David Hess, propietario de este pequeño activo de apartamentos, se negó a venderlo una y otra vez independientemente de la cifra que ofreciera el consistorio.
Hess se amparó en la Constitución y en multitud de enmiendas para no transaccionar el edificio. La disputa entre la Administración y el propietario llegó hasta la Justicia, que en 1913 dictaminó la expropiación forzosa y el posterior derribo del inmueble. Finalmente, en 1916 se completó la ampliación de la 7ª Avenida y ‘El Voorhis’ quedó tan sólo en la memoria de los neoyorquinos.
Esta historia tuvo un particular giro un lustro más tarde. En 1921, los herederos de David Hess localizaron un pedazo de 0,25 m2 del antiguo edificio en los planos parcelarios de la zona. El Ayuntamiento no contempló un triángulo de unos 70 cm de lado que resultaba de sustraer el trazado de la nueva 7ª Avenida a la envolvente en planta del antiguo bloque.
Al descubrir este rocambolesco hallazgo, los sobrinos de Hess decidieron reclamar la propiedad de este diminuto terreno. El Ayuntamiento les propuso que donaran este triángulo a la ciudad, porque no tenía sentido protestar por un pedazo tan pequeño de Manhattan. Pero los herederos no accedieron, inscribieron el triángulo bajo su propiedad y lo cubrieron con teselas de mosaico formando la siguiente frase: “Property of the Hess estate which has never been dedicated for public purposes” (propiedad de la finca Hess, que nunca se ha dedicado a fines públicos).
Este pequeño solar fue engordando su leyenda hasta que en 1938 la tienda de puros Village Cigars, localizada enfrente de este triángulo, decidió adquirirlo por 1.000 dólares (840 euros). Con la inflación, equivalen a unos 17.000 dólares (14.000 euros) de hoy en día. Teniendo en cuenta que el triángulo mide unos 0,25 m2, el valor unitario del Triángulo de Hess es de 68.000 dólares (57.000 euros) por m2, lo que le convierte en el solar más caro del mundo.