El estilo ibicenco es un estilo fresco, luminoso, muy natural y que no pasa de moda. Es perfecto para vestir la casa en verano, pero también para esas segundas residencias junto al mar donde nos relajamos cuando llegan nuestros días de descanso. Dar un toque ibicenco a nuestro hogar nos sumergirá en el encanto y la magia de la isla pitiusa. ¿Pero cómo conseguirlo?
Las claves del estilo ibicenco
Para la decoración estilo ibicenco hay que tener en cuenta dos grandes líneas maestras. Por un lado, que el blanco es el protagonista absoluto, y no solo en revestimientos, también en mobiliario. Y, al igual que en el estilo mediterráneo tradicional, no pueden faltar los guiños en azul como complemento decorativo. Esos guiños se encuentran sobre todo en accesorios o carpinterías.
Y, el segundo elemento fundamental junto a ese color blanco son las fibras naturales. Se introducen en mobiliario y también en complementos para aportar un toque de calidez. Pero no solo las fibras, otros materiales naturales como son la madera y la piedra también tienen su espacio.
Cómo llevar el estilo decorativo a casa
No hace falta encalar paredes ni hacer muebles de obra, también típicos del estilo ibicenco. Basta tener una buena base para conseguirlo y esa base, cómo no, es el blanco. A partir de ahí, solo hay que apostar por algunos elementos:
- Hemos mencionado el azul como color que combina con el blanco. Pero también se pueden elegir otros, sobre todo colores alegres y vibrantes como naranjas o terracotas. Una forma muy sencilla de introducirlos es a través de textiles y complementos como cojines.
- En el estilo ibicenco reina la imperfección. La vemos en esas paredes encaladas de superficies irregulares. ¿Cómo llevarla a casa? Lo más sencillo es a través de muebles antiguos recuperados, con las superficies desgastadas y sin tratar. Si son nuevos, siempre superficies sin pulir y en su color natural
- En lo que respecta a los tejidos, siempre naturales, frescos y vaporosos. Pero si hay un protagonista es el lino. Además de fresquito, tiene esas arrugas tan características que también son muy propias de este estilo. Por cierto, textiles en colores muy suaves. Como hemos dicho, las notas de color, mejor para los accesorios.
- El estilo ibicenco es un estilo alegre. Por ello, los complementos con un toque boho o los estampados llenos de colores o de tipo étnico son perfectos. En el suelo, por ejemplo, las alfombras tipo kilim son una buena alternativa a las de fibras vegetales.
- Y siguiendo con las fibras naturales, por supuesto, hay que introducirlas en casa. Puede ser en forma de alfombras, pero también de cestos decorativos, de tapices, de lámparas, de cortinas de mimbre o cuerda, etc.
- Tampoco pueden faltar piezas de artesanía, en barro o en madera, pero también encajan bien piezas antiguas que muestran el paso del tiempo y son auténticas.
Los espacios exteriores en el estilo ibicenco
Terrazas o patios son vitales en las casas ibicencas. Si tienes uno en casa, es importante que le prestes mucha atención para convertirlo en ese pequeño oasis en el que olvidarte de todo. ¿Cómo?
- Los bancos de obra son muy típicos del estilo ibicenco, pero si no tienes o no puedes hacerlo, opta por mobiliario en madera sin tratar o en fibras naturales.
- Hamacas y tumbonas son imprescindibles para crear esa atmósfera de relax absoluto.
- No pueden faltar plantas y flores. Las primeras, mejor enredaderas, y las segundas, siempre de colores muy llamativos como fucsias morados o rojos. Son el complemento perfecto a esas fachadas blancas.
- Cojines de suelo, pufs de mimbre, alfombras de yute o toldos de esparto son claves para dar a ese espacio exterior un toque ibicenco muy acogedor.
Con estos consejos podrás dar a tu hogar un aire ibicenco muy agradable sin necesidad de hacer obras ni de invertir demasiado. Pero aún debes tener en cuenta un consejo más: opta siempre por la sencillez, los espacios recargados en él no tienen cabida.