El piloto español de Fórmula 1 Fernando Alonso (Aston Martin) terminó tercero este domingo el Gran Premio de Arabia Saudí, segunda cita del Mundial, pero tuvo que esperar varias horas para confirmar su podio 100, en una carrera con doblete de Red Bull, Sergio Pérez y Max Verstappen, que Carlos Sainz (Ferrari) terminó sexto.
Alonso mantiene intacta su ilusión con el nuevo proyecto de Aston Martin, pese a un par de despistes que estuvieron cerca de costarle el podio. El doble campeón del mundo no colocó bien su coche en la salida y fue sancionado con cinco segundos. De ahí salió una pena mayor que le bajó a la cuarta plaza cuando ya había descorchado el champán, por un mecánico que con el gato tocó el coche en la parada en ‘boxes’ que, pese a ser en la vuelta 19, castigó la FIA al final.
Sin embargo, la reclamación de Aston Martin llegó a buen puerto y, tres horas después, Alonso volvió a celebrar un podio increíble. El doble campeón del mundo, que salía segundo, peleó hasta donde pudo y, después de un coche de seguridad, a 30 vueltas del final, aguantó solo por detrás de los Red Bull, superior al resto de los mortales y con décimas aún en el bolsillo.
Sergio Pérez fue intratable, incluso para un Verstappen que remontó desde la decimoquinta posición pero se tuvo que conformar con ser segundo. George Russell y Lewis Hamilton fueron cuarto y quinto, por delante de Carlos Sainz y Charles Leclerc, los Ferrari malparados, en una carrera sin cambios desde la entrada general en boxes que dejó el coche de seguridad.
Como viene siendo habitual cada fin de semana en el ‘Gran Circo’, todo parecía posible este domingo en el trazado saudí y así fue hasta incluso después de la bandera a cuadros. La montaña rusa de emociones empezó con el semáforo en verde y una salida espectacular de Alonso para ponerse primero. Sin embargo, a los pocos giros, la FIA anunció la investigación sobre el español por no tener su coche bien colocado y casi la sanción inmediata.
Cinco segundos a cumplir en el ‘pit-lane’ a pesar de que su Aston Martin no estaba adelantado, solo un poco fuera de sitio hacia la izquierda. Pérez no tardó en pasar a Alonso pero por radio le comunicaron al asturiano que el Plan A seguía en marcha. El coche verde se pegó todo lo que pudo al Red Bull, mientras por detrás no parecía que nadie pudiese volar sobre el trazado de Yeda.
No lo hizo Leclerc con neumático blando, obligado a forzar saliendo duodécimo por su sanción, y fue poco a poco la escalada de Verstappen, quien tuvo una avería en la Q2 del sábado y salió también rezagado. Russell, Stroll y Sainz era la lucha que seguía a Pérez y Alonso, pero las condiciones de Yeda, estrecho con esos muros y alta velocidad, hacían prever un coche de seguridad.
Así fue, por el Aston Martin de Stroll fuera de combate, y le penalizó a los Ferrari, que acababan de hacer su parada. El resto de arriba entró entonces, con una carrera reagrupada que elevó la apuesta para Alonso, con mucho ‘bicho’ a su estela. Sin embargo, español sujetó a los Mercedes, no a un Verstappen directo a por su compañero en otro doblete cantado para Red Bull.
El asturiano mantuvo firme a Russell y aseguró un podio de quilates, que pudo celebrar con el champán pero que tuvo un rato largo de suspense por las decisiones de la FIA. Una sanción de 10 segundos que, como confesó el propio Alonso, de haber sido tomada antes hubiese batallado en pista porque mantuvo a raya a Mercedes y Ferrari sin tener que exprimir su Aston Martin.
De hecho, en las últimas vueltas, Alonso recibió el runrún de que podía haber revisión de la sanción de cinco segundos de la salida y no dejó que Russell se acercara. «Si me llegan a decir que tenía 10 segundos de penalización hubiese tirado más y hubiese sacado 11 o 12 a Russell», apuntó el asturiano. Por momentos, Mercedes se encontró con una carambola mayor pero la FIA rectificó.
Mientras Verstappen no pudo dar caza a un Sergio Pérez que firmó la quinta victoria de su carrera. Con todo, el neerlandés, campeón en Baréin, se quedó el liderato del Mundial haciendo vuelta rápida en la última. Mientras, Ferrari cerró sin pena ni gloria, sin el ritmo de carrera para pelear por el podio y viéndose superado por Mercedes y Alonso, con Leclerc quejándose de ir detrás de Sainz.