«Era hijo de campesinos y su alma noble surgió de la tierra», comenta Tamara Filátova, sobrina de Yuri Gagarin (1934-1968), el hombre que abrió la ventana al cosmos hace 60 años tras recorrer un camino de sacrificios.
«Pasó del arado a las máquinas, se graduó de chapista y fundidor, después estudió en la academia aérea. Su camino al cosmos fue muy difícil», señala esta sonriente señora de 74 años en la aldea en la que nació Gagarin.