En un contexto de tendencias cambiantes, en el que el prêt-à-porter inunda las calles de diseños que prácticamente rozan la uniformidad y la calidad -tanto en la selección de los tejidos como en la confección- brilla por su ausencia, la propuesta de Gilles Ricart es un oasis, un halito de esperanza para los apasionados de la moda con mayúsculas.
El diseñador de origen francés muestra en cada creación su profundo conocimiento de la mujer. Sus inquietudes, anhelos y sueños no son un secreto para él. Sabe que si hay algo que realmente les gusta es sorprender, atraer todas las miradas a su paso y suscitar la admiración de las amigas y la envidia de sus adversarias. Ser iconos en su vida cotidiana, Audrey Hepburn frente a Tiffany & Co. en Desayuno con diamantes. O como la reina doña Letizia para la cual ya ha elaborado media decena de prendas para actos públicos y privados.
Ofrece piezas originales, únicas, y convierte cada piel con la que trabaja en un lienzo sobre el que plasma una obra irrepetible. Su universo creativo desborda una fuerza cautivadora cuya existencia supone una realidad disruptiva dentro de la tónica general y gris del minimalismo. La pasión y el color están presentes en cada uno de sus diseños. Son prendas irrepetibles, fundamentalmente trabajadas en patchwork, en las que muestra invariablemente su gran maestría para la combinación ecléctica de colores y texturas. Además, su producción es íntegramente española.
Aunque principalmente centra su trabajo en diseños de prendas de exterior como abrigos, chaquetones o gabardinas, sus bolsos se han convertido en artículos de lujo, verdaderas piezas de colección para las amantes de este complemento. Por todo ello, no resulta extraño que agote existencias cada vez que Alfaro 1926 ofrece a sus selecta clientela una de sus colecciones o cuando él mismo hace lo propio a través de su perfil en Instagram (@gillesricartunivers). Y es que no hay nada como sentir la emoción del arte a flor de piel.