Puede que Glenn Close fuera la protagonista de los últimos Óscar pero la actriz no se desvive por un piropo: «Me gusta rodearme de gente creativa y sacar adelante una película, pero cuando no trabajo no presto atención a eso», asegura en una entrevista.
Desde su casa en Montana, alejada del ajetreo de Hollywood, continúa recibiendo halagos por su baile al ritmo de «Da Butt» tras perder por octava vez en los premios hace una semana. Para muchos, fue el mejor momento de la gala. Para otros, una lección de saber estar firmada por un «tesoro nacional».