Para Carlos Moreno, director de barra y coctelería de Grupo Larrumba, hay una máxima y es que nadie debería ser exactamente la misma persona después de hacer un viaje y es que el camino ha de cambiarte, emocionarte y regalarte recuerdos y aprendizajes imborrables. Precisamente este punto de partida ha sido el que le ha llevado a crear una carta llena de significado en la que, a través de un trago, se recorre las distintas comunidades autónomas de España. Así, en pleno corazón de Madrid, concretamente en la calle Recoletos, 16, Harrison 1933, la apuesta líquida de uno de los grupos de restauración más consolidados de Madrid, el Grupo Larrumba Holding, presenta “Un país para bebérselo”, el Volumen II de su carta de alta coctelería que hace homenaje a los diferentes paisajes, sabores y folklores de la geografía española.
De izquierda a derecha, los cócteles son Castilla La Mancha, Murcia, Baleares y Extremadura.
Con esta carta compuesta por 18 recetas con una identidad muy marcada, se celebra la rica idiosincrasia de las Comunidades Autónomas españolas. Así, cada cóctel ilustra el alma de las diferentes regiones a través de ingredientes y sabores representativos y genuinos de cada zona. De esta forma, el cóctel País Vasco incorpora entre sus ingredientes agua de Bilbao y un bitter de gilda; el Extremadura, inspirado en sus cerezas y elaborado con un semi cordial de agua de tomate y cereza, se presenta junto con un bocadito de Torta del Casar semihelado y el Castilla La Mancha incluye tips de miel y azafrán y va acompañado de un turrón cuya estética evoca a un panal de abejas, dando como resultado una combinación explosiva de sabores.
Con el objetivo de impulsar la sostenibilidad y el Km0 que comienza en Madrid y continúa por las 18 comunidades autónomas y, través de técnicas vanguardistas apoyadas en fuego y hielo, se ha creado una carta “marca España” en la que se pone en valor el verdadero sabor del producto autóctono español como el de los pimientos, las anchoas, los sobaos, la miel o el azafrán, y con la que se fomenta la reducción del desperdicio alimentario.
Además, como no podía ser de otro modo, la carta también dedica una sección a los clásicos de la coctelería, siempre vistos desde la óptica de Harrison 1933, y a otros cócteles de autor con la firma de Carlos Moreno. Así, en la sección “Los tres mosqueteros”, Harrison 1933 acepta un reto propio, el de reinventar cócteles clásicos sustituyendo el destilado habitual con el que se elaboran por ron y dejándolos macerar en barrica con el fin de que muestren su versión más redonda y plena. Así, quienes quieran disfrutar del cóctel Athos – ron Santa Teresa 1796, vermut Martini Riserva Speciale Rubino, Bitter Martini, café y coco-, el Aramis – ron Santa Teresa 1796, Whisky Talisker, jengibre y agua de naranja -, o el Porthos – ron Santa Teresa 1796, coñac Hennesy, Martini Riserva Speciale Rubino, Benedictine, alcaravea y cebada tostada -, pueden hacerlo de manera individual o combinando los tres en un formato más reducido.
Para completar la experiencia, aunque los cocteles son los protagonistas absolutos de este club inglés, Harrison 1933 ofrece una carta de aperitivos breve y ligera con opciones como la gilda donostiarra, la cecina curada, el jamón de bellota, el queso viejo de Zamora o la sobrasada mallorquina de poltrú con miel de romero. Propuestas irresistibles para acompañar a la carta líquida.
Todo ello en un local de dos plantas amplias y de estilo inglés, con suelo enmoquetado, paredes de madera y vigas vistas, cuyo interiorismo y distribución ha sido pensado para acoger diferentes momentos de consumo. En la planta superior el cóctel es el protagonista, con la posibilidad de degustarlo en mesas bajas frente a las cristaleras o en la barra. En cambio, para aquellos que buscan un ambiente más distendido, la planta baja, en la que la moqueta de club formal se acaba al terminar las escaleras junto a la impactante pared botellero, es la propuesta ideal, dando paso a un terreno de copas con ambiente más canalla dentro de una sala abovedada de ladrillo, donde sesiones de DJ’s y actuaciones en directo marcan el ritmo. Además, esta planta cuenta con una pequeña sala privada para eventos especiales.
Una vez más, Grupo Larrumba marca la diferencia, esta vez con una propuesta pensada como si del cuaderno de un viajero soñador se tratase, invitando a salir de Madrid sin moverse del local, en una travesía en la que sentir el aire en la cara sobre una Harley Davidson o un Mustang descapotable. Y es que, como dijo Henry Miller: “nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”. O, en palabras de la Orquesta Mondragón: “viaje con nosotros si quiere gozar”. Y dónde mejor que en Harrison 1933.
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