La definición de lujo tiene varias acepciones en la RAE (Real Academia Española) y casi todas ellas guardan relación con la calidad, la abundancia, la excelencia, lo exclusivo… Pero cada vez más para algunas personas el lujo es poder disfrutar del silencio, de la paz y bienestar que proporciona la contemplación de la naturaleza en su estado más puro y auténtico. En un mundo donde la inmediatez y la urgencia son las grandes protagonistas, encontrar un entorno sencillo, pero exclusivo, simple en su esencia, pero con todas las comodidades de un hotel de lujo es una escapada más demandada. Y de esto trata el nuevo proyecto Vivood Cerro Alarcón. Un emplazamiento a 40 minutos de Madrid, en plena sierra madrileña en un entorno natural entre los municipios de Navalagamella y Valdemorillo.
El proyecto está liderado por Vivood, empresa hotelera que ya cuenta con un activo similar localizado en Benimantell (Alicante). Se trata de un hotel paisaje incrustado en la naturaleza más salvaje de la zona. El complejo se encuentra rodeado de nísperos, olivos milenarios, almendros… Un entorno de tranquilidad que se convierte en un auténtico refugio para sus huéspedes. Daniel Mayo, CEO y fundador de la compañía, ha demostrado durante estos ocho años que este modelo funciona y ahora busca expandirlo por la Península Ibérica. Y el esfuerzo fue premiado como el mejor hotel de naturaleza de Europa.
«Teníamos muy claro nuestra esencia: apostar por un lujo diferente, basado en la desconexión, en el silencio, en el relax… Yo siempre defendía que el concepto del lujo se tenía que reinterpretar, porque en realidad el lujo es lo que adoleces en tu día a día. En la actualidad, no necesitas una grifería de oro, sino apagar el móvil, desconectar, estar en silencio, disfrutar de un momento de paz con tu pareja… Y eso es lo que hemos estado haciendo durante ocho años en Alicante. Un proyecto con una base sostenible muy importante, respetando mucho la tradición del entorno, potenciando el comercio local…», explica en idealista/news.
Oportunidades en Málaga, Lisboa, Mallorca y Madrid
Después de la pandemia y con un modelo de negocio contrastado tras ser nombrado mejor hotel de la naturaleza de Europa, este emprendedor entendió que era el momento de extrapolar su idea a otras localizaciones. «Hace año y medio decidimos buscar nuevos suelos. Identificamos los ocho principales aeropuertos españoles y trazamos un radio de 100 km alrededor de ellos. Hemos detectado oportunidades en Málaga, Lisboa, Mallorca y Madrid», asevera.
Precisamente, esta última plaza es la que ha despertado un mayor interés mediático por estar en la capital de nuestro país. El nuevo proyecto de Vivood se desarrollará en una parcela urbana en la Urbanización Cerro Alarcón, a escasos 50 kilómetros del centro de Madrid en un paraje natural no protegido ubicado entre los municipios de Navalagamella y Valdemorillo. «El proyecto está en tramitación, no vamos a construir mañana. Es un proyecto complejo que requiere de licencias municipales y supramunicipales», advierte Mayo.
La parcela donde se desarrollará el proyecto es un antiguo club náutico y social abandonado y en un estado de conservación ruinoso, que hace tiempo perteneció a la urbanización de chalets de la zona. En la actualidad, el complejo es un destartalado amasijo de hormigón, viejas construcciones en ruinas y en pésimo estado de conservación. En su época, este club social llegó a contar con 6 pistas de tenis, zona para equitación, varias piscinas y club náutico. Hoy día todo está destruido y acumula un alto nivel de suciedad y molestias debido al avanzado estado de abandono.
«Nosotros buscamos zonas rurales poco obvias. Premiamos más la calidad que la cantidad y por eso dirigimos hoteles de menos de 100 habitaciones. Para este proyecto queremos construir 60 unidades con un sistema industrializado para reducir la huella de carbono», explica el fundador de Vivood. «El 50% de las habitaciones se levantarán bajo un modelo de 2D (paneles que se terminan de ensamblar en obra) y el otro 50% con un sistema 3D (módulos que vienen construidos directamente de fábrica)», afirma. «En nuestro primer proyecto de Alicante, las primeras 25 habitaciones vinieron con este sistema 3D en el que ya venían montadas las camas, las cortinas…», agrega. «Este tipo de construcción permite desmontar gran parte de las instalaciones si en algún momento el hotel cesa su actividad», aclara en este sentido.
La parcela donde se instalará el centro turístico ya cuenta con licencia urbana de uso hotelero y cuenta con acometidas de agua al existir una edificación previa a este proyecto. Aun así, Mayo busca optimizar los recursos de la zona. «Disponemos de un sistema que nos permite reciclar casi el 50% de agua utilizada. Reutilizaríamos esa agua para el riego, las cisternas…”, explica Mayo además de defender que dotará al complejo de sus propios recursos para garantizar el menor impacto ambiental en la zona.
El complejo no sólo busca la tranquilidad y la paz de los clientes, también el respeto por el entorno y su naturaleza. «Pretendemos consumir un 30% de la edificabilidad y rechazamos casi un 70%», afirma Mayo. «No queremos un hotel que genere un jardín de césped, buscamos que se integre dentro de la naturaleza autóctona de la zona. Por eso no queremos talar árboles sino todo lo contrario, queremos plantar más masa forestal sostenible y autóctona para dar esa sensación de estar envuelto en la naturaleza más salvaje», narra. Actualmente la zona boscosa de esta parcela supone un alto riesgo de incendio en una zona de alta protección debido al abandono generalizado de los árboles existentes en la parcela.
Basándose en esta filosofía, el CEO de Vivood explica los planes que tiene la compañía para las diferentes zonas de la parcela. “No queremos tocar ni un solo árbol de la primera línea de la parcela, la que se encuentra más próxima al pantano. El hotel está diseñado para tocar el menor número de vegetación posible. Cuando terminemos de construir reforestaremos porque nos interesa los árboles de gran porte. El mejor aval de esta práctica es que ya lo hemos hecho en nuestro hotel de Alicante cuando realizamos una gran plantación de nísperos, conservamos unos olivos milenarios, plantamos una gran cantidad de almendros…”, relata.