La isla solo cuenta con un puente de acceso que la comunica por tierra con la ciudad de Surfside. Para poder acceder a la isla, el visitante tiene que superar el control de seguridad de la propia comisaría de policía local situado en uno de los extremos del puente.
El cuerpo de seguridad está formado por 13 policías que patrullan la zona las 24 horas del día, y una patrulla marina que mantiene alejados a los paparazzis o curiosos que intentan acercarse a la isla por mar.
Por supuesto, la policía negará el acceso de forma automática a cualquier persona no residente o que no figure como autorizada en sus listados. Por lo que la opción de hacer una visita sorpresa a alguno de los residentes queda descartada.
Actualmente menos de cien personas viven en esta isla. Entre ellas están Ivanka Trump y su marido, Jared Kushner, que compraron una propiedad allí el año pasado por 32 millones de dólares.
Poco después llegó Gisele Bündchen, la modelo brasileña mejor pagada del mundo, con su esposo, el jugador de futbol americano Tom Brady, que compraron una casa por 17 millones de dólares.
Otros vecinos son el gurú de inversiones Edward Lampert, el fundador de Hotels.com; Robert Diener, la modelo Adriana Lima o el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani.