El diestro madrileño José Tomás, que cortó tres orejas y salió a hombros, tuvo una rotunda actuación ante los cuatro toros que mató hoy en solitario en la plaza de Alicante, donde marcó nuevamente las grandes diferencias de valor y autenticidad que atesora su tauromaquia.
Después de que su aparición del pasado 12 de junio en Jaén dejara dudas e insatisfacción entre sus seguidores, el torero de Galapagar mostró hoy una cara muy distinta, con una actitud mucho más segura y rotunda en un ambiente, también, menos tenso y más favorable que el que se vivió en la capital andaluza.