Debajo de las plumas y los brillos del sofisticado cabaré parisino que había hecho de ella una estrella mundial, Josephine Baker fue una activa resistente durante la ocupación nazi de Francia, con misiones que le llevaron hasta España.
Baker será introducida en el Panteón de París este martes, la sexta mujer en entrar en el templo laico donde Francia honra a sus personas más ilustres, y aunque sus méritos exceden en mucho los militares (sobre todo el encuentro que propició entre culturas y razas), su labor en la II Guerra Mundial es poco conocida fuera de este país.