A Juanma Salgado desde pequeño le gustaba «enredar» en la cocina, bien con su abuela o preparando tortillas y migas para sus compañeros del colegio. Hoy tiene Dromo (Badajoz), que acaba de conseguir un sol Repsol y donde quiere que los comensales olviden los clichés de la alta cocina y «no tengan miedo a mojar pan».
«Siempre buscaba excusas para cocinar en casa o en las fiestas que hacíamos en el colegio», recuerda en una entrevista Salgado (Badajoz, 1990), quien no ha escatimado horas ni en formación ni en trabajo porque tiene claro que todo radica en «el tesón y la dedicación»: «En esta profesión nadie te regala nada».