Kirk Cameron se convirtió en la gran estrella de Los problemas crecen. Con tan solo 15 años, nos conquistó interpretando al joven Mike en esta mítica sitcom de los 80 que le elevó a la fama y le hizo aspirar a ser una prometedora estrella en Hollywood. Sin embargo, esto nunca llegó a ocurrir, y acabó limitado a comedias fallidas y títulos sin trascendencia mientras su popularidad se diluía.
Se podría pensar que la industria y el público perdieron el interés en su figura, pero la auténtica razón de que su carrera se estancara se encuentra en la filosofía de vida que adquirió tras involucrarse con fervor en la religión. Aunque él se consideraba agnóstico, cuando en su juventud acompañó a un amigo a una iglesia se sintió llamado a sumergirse en la fe cristiana, lo que le condujo a convertirse en predicador y a usar sus proyectos profesionales para difundir el cristianismo.
Por esta razón, solo se presta a trabajar en proyectos que promulguen sus valores, como puede ser el caso de películas como Left Behind, Saving Christmas o Lifemark. Se trata de títulos producidos desde su productora The Way of the Master, con la que también trabaja en otros proyectos religiosos para televisión y podcasts, que no tuvieron tirón comercial y que han hecho que el público perdiera el interés en su figura como actor. Aunque ahora, a sus 50 años, parece que esta misión religiosa le es suficiente para tener una vida feliz sin necesidad de la fama de la que disfrutó en los 80.