Lograr que un edificio encaje en su entorno no es nada fácil. Son cientos los condicionantes que pueden hacer que una buena idea sobre el papel acabe descarrilando cuando se intenta poner en práctica. Sin embargo, hay ejemplos en los que esto se consigue de una forma óptima. Y como muestra, tenemos esta bonita cabaña creada por el estudio chileno Hebra Arquitectos, que se eleva del suelo y fue levantada, sorprendentemente, en solo ocho meses.
En este caso, una de las claves fue la elección de materiales, en concreto, la madera de ciprés. “Con el objetivo de mimetizar la casa con el entorno, no solo en su disposición y volumetria, sino que también en su envolvente, se propuso utilizar tablas de ciprés sin protección, para dejar que este se decolore con el paso de tiempo, llegando a volverse un tono ceniza, similar a los troncos de los árboles circundantes», explican desde el estudio en su página web.
Pero no solo fue importante la madera, sino que el vidrio es el otro material fundamental, sobre todo para garantizar que el bosque fuera el punto focal, reivindicando la naturaleza en todo su esplendor. «Se decidió, deliberadamente, dejar un paño de vidrio fijo, de piso a cielo, sin separación ni aperturas, ubicado a eje frente a la cama del dormitorio principal, para así tener una relación visual nítida y directa con el bosque nativo circundante.»
Ubicada en la región de Los Ríos, la Casa Quilanto está diseñada para tener una huella pequeña y acomodar a una persona en silla de ruedas. La casa rectangular se eleva sobre el suelo mediante pilotes de acero y se remata con un techo a dos aguas cubierto de metal. Las paredes exteriores consisten en un revestimiento de ciprés y grandes tramos de vidrio. Una rampa conduce a la puerta principal. Los lados largos de la casa tienen cubiertas de madera que se construyeron alrededor de los árboles existentes.
En el interior, la distribución es sencilla y fluida, y los espacios son lo suficientemente amplios como para acomodar una silla de ruedas. La parte central, que se abre a las cubiertas a través de puertas corredizas, abarca una cocina, un comedor y una sala de estar. En esta zona, el techo se eleva a 4,5 metros, lo que ayuda a crear una atmósfera abierta y elevada. El vidrio del piso al techo proporciona una fuerte conexión con el paisaje natural.
Flanqueando el volumen central se encuentran las zonas para dormir: un dormitorio principal en un lado y un par de dormitorios más pequeños en el otro. Separando las dos habitaciones más pequeñas hay un tabique con una puerta corredera. La puerta se puede abrir para crear un espacio único. Los acabados se mantuvieron simples debido a un presupuesto limitado. Las vigas de acero expuestas se extienden por encima, y las paredes y los techos de madera contrachapada quedaron visibles.
La cocina cuenta con gabinetes de madera contrachapada pintada, placa para salpicaduras de azulejos y una isla de cuarzo. Una estufa de leña negra calienta la casa durante los meses fríos. Los muebles fueron seleccionados por el cliente.
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