El fabricante de vehículos Lexus ha sometido a su modelo LC Cabrio a una prueba de congelación extrema, estacionándolo con la capota replegada dentro de una unidad de refrigeración industrial a una temperatura de -18 grados centígrados para demostrar su valía para todas las estaciones del año.
Tal como ha informado la marca japonesa, el modelo soportó la congelación durante 12 horas para mostrar su calidad. Al cabo de ese tiempo, el vehículo se sacó de la cámara y se condujo por una pista de pruebas a plena potencia.
«Con la capota replegada, los componentes del interior se sometieron a unas condiciones extremas. Sobra decir que no era precisamente un lugar agradable en el que estar, pero esperábamos que el sistema del aire acondicionado, los asientos con calefacción y el volante siguieran funcionando como deberían», ha subrayado el ingeniero senior de Lexus que supervisó la prueba, Greg Fleming.
Tras las doce horas, el conductor profesional Paul Swift encendió el motor V8 de 457 caballos del vehículo y también se iniciaron las pantallas y los indicadores del automóvil, «sin mostrar ningún efecto adverso ocasionado por el frío extremo».
«Podría sentir el volante y la base de mi espalda calentándose, así como el calor en la parte trasera del cuello procedente de las rejillas de ventilación del reposacabezas. De hecho, fue bastante agradable, considerando que estaba a -18 grados. Me sentí muy cómodo en el vehículo de inmediato», relató Swift.
Según él, no hubo ningún problema de subviraje y los cambios de marchas de realizaban sin esfuerzo. «Es un vehículo magnífico que hace exactamente lo que se necesita que haga», sentenció.