Limpiar tu lavadora para garantizar un correcto mantenimiento y una larga vida útil es un básico que no debes pasar por alto. Ten en cuenta que, si tu lavadora está sucia, difícilmente podrá cumplir con su principal función, y el resultado de esa falta de limpieza interna podrá trasladarse a tus prendas. Además, estarás facilitando la aparición de problemas que afecten a elementos clave de este aparato, lo que podría derivar encostosas reparaciones o en la necesidad de comprar un nuevo electrodoméstico.
Para que puedas disfrutar de tu lavadora durante largos años y garantizar su buen funcionamiento, toma nota de estos trucos para la limpieza de la lavadora.
Resulta paradójico que un electrodoméstico diseñado para limpiar pueda ensuciarse, pero la realidad es que así ocurre y, por ello, un buen mantenimiento es básico.
Las lavadoras no lo aguantan todo y su constante exposición a suciedad, a productos de limpieza y, en su caso, a aguas de baja calidad (por ejemplo, con mucha cal) puede provocar obstrucciones y acumulaciones de residuos, con el paso del tiempo, lo que comprometerá su buen funcionamiento.
Además, al tratarse de un electrodoméstico que trabaja con agua, pueden surgir problemas de humedad, de moho y acumulaciones de bacterias y gérmenes muy poco saludables. De hecho, un síntoma claro de un mal mantenimiento es el mal olor en la ropa, aunque debes tener en cuenta que este mal olor también puede producirse si tardamos mucho en tender la ropa una vez terminado el ciclo de lavado.
En general, se recomienda limpiar en profundidad tu lavadora al menos cuatro veces al año. Esto implica encargarte del exterior y de su interior, repasando tambor, filtro, gomas, cajetines de detergente… El objetivo es dejarla como nueva y evitar la proliferación de bacterias y gérmenes, así como la acumulación de residuos que puedan estropearla con el paso del tiempo.
La principal causa de malos olores en la lavadora es la acumulación de humedad y residuos, que provoca, a su vez, la presencia de bacterias y gérmenes. Evítalos con una limpieza en profundidad cada cierto tiempo y, ante el primer signo de mal olor en tu ropa recién lavada, sigue estos consejos de limpieza para eliminar el problema rápidamente.
El tambor es uno de los principales elementos de la lavadora que requieren limpieza, ya que en él se desarrollan los ciclos de lavado. Si te preguntas cómo hacer un lavado para limpiar la lavadora, normalmente basta con programar un ciclo largo de lavado a alta temperatura (por ejemplo, puedes limpiar lavadora a 90 grados) y sin ropa, utilizando desincrustante, vinagre, ácido cítrico…, y no detergente, ya que de lo que se trata es de eliminar posibles residuos provocados por jabones y suavizantes.
Una duda frecuente es si se puede usar lejía par limpiar la lavadora, y la respuesta es ambigua: si bien es un producto perfectamente apto para este electrodoméstico, también es cierto que puede decolorar tu ropa de color en sucesivos lavados. Una forma de evitarlo es aclarar tras este ciclo de lavado para eliminar cualquier resto de este producto.
Un truco infalible y muy recomendado consiste en limpiar la lavadora con bicarbonato y vinagre. El vinagre ayudará a eliminar la cal y demás residuos y, al mismo tiempo, desinfectarás el interior de la lavadora. Basta con añadir en el cajetín del detergente el contenido de un vaso pequeño de bicarbonato y otro de vinagre. A continuación, programa un lavado y dejarás el interior de tu electrodoméstico reluciente.
En tu limpieza no debes olvidarte de las gomas de la lavadora, ya que en ellas suele acumularse mucha suciedad. Dado que sirven para evitar que el agua se filtre en los lavados, es frecuente que los residuos y restos de detergente se acumulen en este área y se incrusten en sus recovecos. No es raro que encuentres moho en ellas, ya que a la humedad le cuesta más salir de estos rincones.
Para limpiar la goma deberás manipularla para desplegarla (sin sacarla de su sitio) y pasar un paño húmedo con vinagre o limpiamáquinas, quitando todos los restos que encuentres. El último paso consiste en secarla con un paño limpio.
Si, además, quieres garantizar una limpieza duradera, recuerda secar la goma y dejar la puerta de la lavadora abierta tras cada lavado para que tanto la goma como el tambor se sequen por dentro rápidamente.
No olvides la importancia de limpiar el filtro de la lavadora: en él se acumularán residuos, pelusas, cosas que no sacaste de los bolsillos de tus pantalones y chaquetas… Y es posible que, con el tiempo, éste se sature y termine devolviendo la suciedad al tambor o (mucho peor) provocando un fallo en tu lavadora.
Es importante que desenchufes o desconectes la lavadora antes de limpiar el filtro: también que coloques un barreño junto a la zona de extracción de filtro para que recoja el agua que caiga al sacarlo. Al extraer el filtro, simplemente límpialo con agua, un estropajo y/o un cepillo viejo para las zonas más inaccesibles, y sécalo antes de volver a colocarlo en su sitio.
Por último, ten en cuenta que el cajetín del detergente también debe limpiarse. Normalmente puede extraerse por completo, y su limpieza es muy sencilla: basta con utilizar un paño con agua para eliminar residuos, aclararlo bien, recurrir si es necesario a un cepillo pequeño o a agua a presión, secarlo bien y volver a colocarlo en su lugar.
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