Tras solo 44 días en el cargo, Liz Truss ha dimitido como primera ministra del Reino Unido. Un periodo breve y volátil que ha escenificado a la perfección el sainete en el que se ha convertido la política británica en los últimos años.
Un país que era ejemplo de estabilidad en el continente y que no levanta cabeza desde que ese 23 de junio de 2016 sus habitantes decidieran en referéndum abandonar la Unión Europea. Pese a la brevedad de su mandato, la política conservadora ha entrado de lleno en la historia del país.
Y es que sus menos de dos meses de Gobierno han estado llenos de acontecimientos. El principal, claro está, fue la muerte de la reina Isabel II, el pasado 8 de septiembre de 2022. La política apenas llevaba dos días como primera ministra y tuvo que lidiar con ese gran funeral de Estado.
Precisamente, el mismo 6 de septiembre, ambas mujeres habían protagonizado una foto que va a ser muy recordada. La monarca recibía a Truss y en ese momento se juntaban la reina que más tiempo ha estado en el poder con la primera ministra más breve de la historia, aunque lógicamente, en ese momento no lo sabían.
Isabel II ocupó el trono del Reino Unido durante 70 años y 214 días, unas cifras nunca antes vistas en el país. Por su parte, Liz Truss ha sido primera ministra poco más de un mes. Una casualidad que coincidieran estos dos hechos en el tiempo.
Además, se da otra circunstancia poco usual y es que en este espacio breve de tiempo, Liz Truss ha sido primera ministra con dos monarcas diferentes. Es algo que, por ejemplo, Margaret Thatcher no vivió, pese a gobernar durante 11 años, pero que Winston Churchill sí, ya que fue primer ministro tanto con Jorge VI como con Isabel II.
En este sentido, Liz Truss ha tenido a la propia Isabel, aunque en este caso de manera testimonial, y a Carlos III. Si Boris Johnson volviera a convertirse en primer ministro, el exalcalde de Londres también habría estado en el cargo con dos monarcas diferentes.
Estos son algunos de los récords que ha conseguido Liz Truss en su breve estancia en el número 10 de Downing Street. A buen seguro que habría preferido que no se hubieran producido y haber aguantado más en el cargo. Pero esta mujer ya es historia en el Reino Unido, aunque no por los motivos que le habrían gustado.