Las películas que no se hayan proyectado en cines podrán competir en la próxima edición de los Óscar mientras continúen las restricciones por la pandemia.
Es el segundo año consecutivo que la Academia de Hollywood renuncia a su norma sagrada y se abre al «streaming», aunque avanzó en un comunicado que tiene la intención de regresar a los requisitos anteriores para la gala de 2023.