El ‘cohousing’ poco a poco gana peso en el mercado residencial como alternativa a las viviendas tradicionales. Este modelo está basado en compaginar los espacios privados en los inmuebles con amplias zonas comunes y, sobre todo, en potenciar el consumo colaborativo entre los vecinos, quienes son promotores y usuarios finales. Acualmente, cuenta con varios proyectos disponibles en España.
Encontramos varios ejemplos que están buscando interesados en entrar en una cooperativa para iniciar un proyecto nuevo, y algunos que ya están construidos y tienen inmuebles en régimen de derecho de uso. Se encuentran principalmente en entornos rurales y tienen unos precios desde 99.000 euros.
En grandes ciudades como Madrid y Barcelona hay proyectos similares, aunque no son de autopromoción vía cooperativa, sino que se acercan más al modelo de ‘coliving’, ya que son desarrollos promovidos por terceros que tienen inmuebles a la venta. En este caso, los precios de partida rondan los 200.000 euros, aunque las unidades más caras rebasan los 300.000 euros.
Repasamos las características de los proyectos que hay en marcha, por qué esta alternativa está cogiendo impulso en el mercado y qué consejos dan los expertos antes de dar el paso de apostar por esta forma de vivir y compartir.
El primer ejemplo lo tenemos en Málaga, en un proyecto conocido como ‘Puerto de la Luz’. Es un ‘cohousing’ senior, centrado en las personas mayores, que logró evitar la quiebra y salir adelante gracias al esfuerzo de los cooperativistas iniciales y de sus familias.
Se trata de un conjunto de apartamentos de 50 m2 equipados con dormitorio, cocina, baño, salón, trastero y una terraza de 12 m2 con vistas al exterior, aunque a este espacio individual se le suman todas las instalaciones comunes: el comedor, el gimnasio, el jardín con piscina, la cafetería, la sala de cine, la peluquería, la biblioteca, la sala de pintura y manualidades y hasta una capilla y una consulta para el médico. Además, también cuenta con servicio de limpieza y mantenimiento y cada cooperativista hace su aportación: cuidar el jardín, dar clases de pintura o gimnasia a los demás…
Actualmente Puerto de la Luz tiene en venta participaciones en esta cooperativa, las cuales dan derecho al adquirente al uso y disfrute de un apartamento de 55 m2 por 99.000 euros, un importe que es negociable y puede pagarse a plazos, según consta en el anuncio de idealista. Los cooperativistas afirman que es una manera de evitar la soledad, mantener la independencia y privacidad, pero a la vez estar rodeados de amigos.
La cooperativa Axuntase tiene un anuncio en idealista en el que se define como la “primera cooperativa de vivienda colaborativa intergeneracional o ‘cohousing’ de Asturias”. Y está buscando socias y socios para vivir en el complejo de 36 chalets adosados con 1.000 m2 de espacios comunes en Caraviés (Llanera). El desarrollo se encuentra en una parcela de 11.000 m2 y las obras empezarán previsiblemente en otoño de 2021.
“Estaremos en contacto con la naturaleza y con muy buenas conexiones por carretera, tren y transporte público con Oviedo, Gijón y Avilés. Hay viviendas de 52 y de 76 m2 con dos/tres habitaciones para cubrir las necesidades de diferentes unidades familiares”, afirma el anuncio. Cada vivienda tiene un baño, plaza de garaje, trastero y terraza.
Este proyecto, según la cooperativa, permitirá a los socios vivir en su propia casa y, a la vez, “disfrutar del apoyo, la solidaridad y la compañía de las otras personas del complejo. Formaremos una comunidad de vecinas y vecinos basada en los principios de la solidaridad, la sostenibilidad y la autogestión, entre otros. Practicaremos la ayuda mutua, facilitando el bienestar de todas las personas que allí vivamos”. El complejo contará con variedad de espacios comunes, como salas polivalentes, ‘coworking’, cocina y comedor comunitario, lavandería y jardín.
En el pueblo de Villalpando, provincia de Zamora, encontramos otro proyecto de ‘cohousing’ pensado para quienes estén cansados de la vida en la ciudad, el tráfico, los atascos y las prisas y estén planteándose un cambio.
Según consta en el anuncio de idealista, es el primer ‘cohousing’ de la zona, en régimen de cooperativa, y dispone de pisos y dúplex de dos dormitorios desde 132.000 euros. Los inmuebles en venta más asequibles tienen unos 100 m2 de superficie, mientras que los dúplex tienen más de 150 m2 y su precio supera los 150.000 euros. La aportación inicial necesaria es de 29.500 euros, mientras que el resto del importe se puede financiar.
Su propuesta es vivir en comunidad, autogestionada y de forma colaborativa. Además de los inmuebles individuales, el complejo dispone de amplias zonas comunes (comedor y cocina común, sala multimedia, taller o jardín). Se encuentra en plena Tierra de Campos, a 1 hora en coche de Valladolid, León y Palencia; a 45 minutos de Zamora y a unos 100 km de la frontera con Portugal.
En la avenida Luis Miranda Dávalos, en el barrio de los periodistas de la ciudad andaluza, se encuentra otro proyecto de ‘cohousing’ aunque, en este caso, el edificio ya está construido (se terminó en 2020) y tiene los inmuebles a la venta.
Según el anuncio, son apartamentos de uno y dos dormitorios con una superficie media de 75 m2. El edificio cuenta entre sus zonas comunes con terraza solárium, piscina, salón de uso comunitario amueblado y decorado, gimnasio totalmente equipado, sala multiusos, zona de recepción, despacho de administración y zona de ordenadores.
Los apartamentos se entregan amueblados y decorados por estudio de decoración, incluido las cocinas, salvo los áticos dúplex. Y se venden en régimen de copropiedad desde 134.902 euros, sin incluir IVA y con posibilidad de añadir plazas de parking.
En Guriezo, un municipio de Cantabria situado entre el mar y la montaña, también está previsto un proyecto similar: el desarrollo de una urbanización de 10 chalets en una parcela de 3.500 m2 a través de una cooperativa. Cada inmueble incluye dos plantas, dos dormitorios y dos baños, con una superficie de unos 70 m2 y jardín privado. Entre los servicios comunes destacan un gran salón, una biblioteca, una piscina, un gimnasio y la zona de jardines. El desarrollo quiere impulsar las viviendas sostenibles y personalizadas.
El municipio, pese a ser pequeño, ofrece todos los servicios y se encuentra a 10 minutos de la playa de Oriñón, entre las villas de Laredo y Castro y a unos 40 minutos de Bilbao. Las unidades están a la venta desde 195.000 euros, según el anuncio disponible.
Este proyecto se encuentra en el casco histórico del distrito de Villaverde de la capital. Se trata del Edificio Talco, un inmueble de nueva construcción que incluye 18 viviendas y más de 320 m2 de zonas comunes que buscan la convivencia y la cooperación vecinal, y que está planteado para aprovechar los recursos naturales y ganar eficiencia.
Ubicado en el número 82 de la calle Talco, esquina con el Paseo Alberto Palacios, este proyecto ya tiene concedida la licencia de obras, empezará a desarrollarse después de verano y está impulsado por la promotora Distrito Natural, que ha puesto a la venta los inmuebles que siguen disponibles.
Según el anuncio de idealista, hay viviendas de entre uno y tres dormitorios, con distribución y acabados personalizables y plaza de garaje incluida. El inmueble más asequible tiene 75 m2 y una sola habitación y está disponible por 199.000 euros, mientras que los más caros cuestan más de 340.000 euros, e incluyen entre dos y tres dormitorios y tienen más de 100 m2, y todos son inmuebles ecológicos (por ejemplo, el edificio tiene paneles solares y un sistema para reciclar el agua de la lluvia, que permiten ahorrar en el consumo de electricidad y agua).
En cuanto a los espacios comunes, destaca una terraza en la azotea con huerto urbano, dos locales multiusos para instalar un ‘coworking’, una biblioteca y una cocina compartida. En la planta baja también hay unos soportales de uso comunitario, así como una lavandería y un parking específico para las bicis. El proyecto también incluye servicios como el cuidado de personas, conexión a internet compartida, cine de verano en la azotea o clases de cocina para los vecinos.
A pesar de que el funcionamiento es similar al del ‘cohousig’, la diferencia de este proyecto con los anteriores es que los vecinos no forman una cooperativa para desarrollar el proyecto, sino que directamente pueden comprar las viviendas. «Por ‘cohousing’ se entiende la autopromoción inmobiliaria de un grupo de personas que desea habitar en comunidad, bajo un régimen de derecho de uso (que no es alquiler ni propiedad) y diseñada para multitud de usos compartidos. En nuestro caso, Talco solo cumple con el último requisito, el régimen es en propiedad privada y la promoción la desarrolla Distrito Natural, por eso hablamos de ‘covivienda'», explican desde la promotora.
Muy cerca de la capital catalana, en el corazón del Maresme, se encuentra otro proyecto de ‘covivienda’. Se trata del edificio Alzina y es la primera Fase de “BOSC DEL MARESME”, una comunidad de ‘ecoviviendas’ proyectadas priorizando la ecología, sostenibilidad, eficiencia energética y potenciando la vida en comunidad adaptada al siglo XXI.
El proyecto empezará a construirse previsiblemente en enero de 2022 y contempla 12 inmuebles (entre pisos y áticos) con cuatro dormitorios y unos 100 m2 con precios que están entre 255.000 y 290.000 euros, según consta en el anuncio de idealista. Todas tienen plaza de garaje incluida en el precio y terraza o jardín como espacio exterior.
Ubicado en el municipio de Dosrius, en un entorno natural y a unos 35 km de Barcelona, a 15 minutos de la playa y a 10 km de Mataró, el desarrollo cuenta con amplias zonas comunes de 1500 m2 de superficie, donde destacan espacios como ‘Chill out’ en cubierta, ‘coworking’, cocina comunitaria, barbacoas, aparcamiento bicicletas, taller, huertos comestibles, sala social polivalente y huerto solar, así como la opción de disponer de una piscina ecológica. Tiene cerca un supermercados, colegios y zonas deportivas.
Detrás del proyecto está Valgreen eVillages, una compañía especializada en desarrollos inmobiliarios, que prevé invertir tres millones de euros en levantar la primera fase de este proyecto sobre unos terrenos que ha adquirido a Sareb, y se financiará bajo una fórmula mixta de recursos propios y ‘crowdfunding’ o inversión colectiva.
Una de las claves de este proyecto es la apuesta por la sostenibilidad y la eficiencia. Por ejemplo, todas las viviendas tienen doble orientación y sol todo el día, con vistas al pueblo y a la montaña, y la comunidad generará su propia energía.
El ‘cohousing’ nació en Dinamarca hace ya medio siglo, aunque ha sido en los últimos años cuando ha cobrado más fuerza, impulsado por factores como la búsqueda de nuevas fórmulas residenciales más asequibles.
En líneas generales, los expertos de Instituto de Valoraciones destacan que esta fórmula, al igual que otras como el ‘build to rent’ (construir viviendas para destinarlas al alquiler), está creciendo ante las dificultades para comprar vivienda, la inestabilidad laboral y la falta de ahorros de los jóvenes, así como la apuesta por un formato de vivienda que se adapta a las necesidades y hábitos postpandemia, por ejemplo, la búsqueda de espacio exterior y de diferentes servicios comunes, o las ventajas de vivir fuera de los grandes núcleos urbanos.
Por otro lado, la promotora Distrito Natural, impulsora del proyecto del Edificio Talco en Madrid, también pone sobre la mesa otros motivos, como que la soledad se ha convertido es uno de los grandes problemas del siglo XXI, y la necesidad de fomentar el ahorro. “Cada vez vivimos más aislados, especialmente las personas mayores, pese a que las ciudades son cada vez más densas y la tecnología nos conecta más rápido. La covivienda sienta las bases para recuperar espacios y experiencias compartidas entre vecinos, desde lo más tradicional -como prestarse la sal a cuidar de los niños- a otras nuevas como la producción de energía fotovoltaica colectiva, y también es una cuestión de ahorro: ¿Por qué pagar 18 conexiones a internet cuando puedes compartir una?», explican desde la compañía.
Y Rogelio Ruiz, de eCohousing, afirma que este modelo es “más social y cooperativo, más ecológico y más económico, tanto en su etapa de construcción como una vez en uso. En definitiva, es más sostenible, más racional y más apasionante de vivir”.
Además, desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, recuerdan que, pese a que esta alternativa está creciendo sobre todo entre la población de avanzada edad, también se está produciendo un cambio de mentalidad entre los jóvenes, y que cada vez podrían tener más éxito entre los ‘millennials’, que dan más importancia las experiencias que a las propiedades y que son más proclives al modelo de pago por uso que a la tenencia de un bien o servicio.
Según explica a idealista/news José Méndez, socio director del despacho de abogados Méndez Lit, lo primero que deben tener claro los interesados es qué es el ‘cohousing’.
“El ‘cohousing’ tiene como razón de ser la de valorizar intereses comunitarios en convivencia. Destaca por su iniciativa, nacida (teóricamente) en un grupo de personas, vinculadas por un ideario o necesidad, quienes deciden emprender un proyecto edificatorio en el que materializar su propuesta de vida. Por tanto, tiene más que ver con una forma de habitar, que una fórmula jurídica o tipo edificatorio. Su fin no es solo vivir en comunidad, sino de forma colaborativa o de ayuda”, afirma el letrado.
Méndez también recuerda que la solución que tiene más encaje en este tipo de proyectos es la cooperativa, aunque no es la única que existe, y que la gran diferencia con el ‘coliving’ es que éste suele ser una iniciativa de promotores privados.
El abogado también expone que el ‘cohousing’ no siempre tiene que ser un proyecto verde o sostenible, porque no es algo consustancial. “Lo será por nuevas tendencias, demanda o por técnica de ventas. Pero un ‘cohousing’ no tiene como característica necesaria la sostenibilidad, la que muchos edificios comienzan a aplicar. Por tanto, no debemos confundir la sostenibilidad del edificio con el ‘cohousing’, lo cual comienza a convertirse en un reclamo».
Por otro lado, insiste en que la mera existencia de zonas y espacios comunes (comedores, salas multimedia, o jardines…) tampoco son concretos de estos proyectos, ya que pueden atribuirse a cualquier promoción privada. “Sí es cierto que estos espacios comunes serán adecuados a esta modalidad urbana, pero para que pueda ser considerada como un cohousing dependerá más de la gestión y participación de sus habitantes, que de la existencia de espacios comunes”. Además, también es “necesaria la existencia de algún vínculo entre las personas que lo habitan, de una interacción, más allá de haber sido promovida a través del régimen de cooperativa”, señala Méndez.
El experto también recuerda que en todo ‘cohousing’ “debería existir un reglamento de régimen interior que, consensuado por todos los partícipes, consiguiera un nivel de compromiso de participación de todos, ya que la cooperación de sus habitantes no solo debe ser un reclamo publicitario, sino que debería traducirse en un funcionamiento real”.
Por último, resume varias recomendaciones a todos aquellos que estén interesados en apostar por esta alternativa habitacional, como analizar quién promueve este tipo de propuestas, si ya está constituida o no la cooperativa, cuáles son sus estatutos, quién o quiénes forman la entidad gestora, si es en propiedad o lo que se compra es el derecho de uso, o si el desarrollo ya cuenta con las licencias urbanísticas y un proyecto visado.
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