Solo hay un cuarteto de instrumentos en el mundo creado por Antonio Stradivari para tocar en conjunto y está en el Palacio Real de Madrid: los Stradivarius Palatinos, que vuelven a salir de sus vitrinas para «tomar vida» en manos de los músicos, explica la principal encargada de no quitarles ojo ni en los ensayos.
Este jueves, los dos violines, una viola y un violonchelo que llegaron a la corte española hace 250 años inauguraron la temporada musical 2022 de Patrimonio Nacional, en un concierto del Cuarteto Mandelring celebrado en el Salón de Columnas del Palacio situado en la Plaza de Oriente.
«Tocar estos instrumentos es un momento increíble. Las pocas veces que salen de sus vitrinas, su voz es única», explicaba unas horas antes Bernhard Schmidt, violonchelista del experimentado conjunto alemán y profesor de música de cámara en la Universidad de Nuremberg.
Según Schmidt, más allá de cuestiones simbólicas -están fabricados por el mejor «luthier» de la historia entre finales del siglo XVII y principios del XVIII- las piezas firmadas por el cremomense Antonius Stradivarius tienen una calidad de sonido muy especial y para las grandes salas ofrecen la mejor sonoridad.
SI NO SE TOCAN, MUEREN
Existe un debate sobre si estas joyas con decoración renacentista y elaboradas con pasta de ébano, marfil y tinta china deben mantenerse guardadas como piezas de museo, o si deben utilizarse.
Pero la jefa de servicio de traslados de obras de arte de Patrimonio Nacional tiene claro que «al ser instrumentos musicales hay que tocarlos, porque si no, mueren» y «cogen vida cuando los tocan los grandes músicos que vienen aquí».
Eso sí, para ello se sigue un «estricto protocolo» en el que participan ella misma, otro conservador de Patrimonio y dos guardas de seguridad, todos ellos presentes en la sala del Palacio Real donde el Cuarteto Mandelring hace su ensayo, al que también asiste Efe.
Castillo observa en todo momento los instrumentos y también dirige su traslado desde y hasta las vitrinas en las que descansan y de las que solo salen cinco o seis veces al año -para ensayos, conciertos, revisiones e investigaciones- y siempre tras haber cerrado la sala a los visitantes que normalmente pasean por ella.
Explica que hay que agarrarlos con firmeza y sin guantes (igual que los tocan los músicos), y que si se cogen con miedo sería más fácil que pudieran caerse. Al mismo tiempo se deben cuidar detalles como que quienes los manipulen o utilicen no lleven puestos anillos, cadenas, o ropa con adornos o pedrería que pueda rallar la superficie.
«Mi equipo y yo llevamos un protocolo muy estricto para que dos siglos después estas obras de arte sigan en el mismo excelente estado de conservación», recalca.
INICIALMENTE ERAN CINCO
Quedan unos 600 instrumentos en el mundo firmados por el italiano Antonio Stradivari (1644-1737) o algunos miembros de su familia, pero solo estos cuatro fueron creados como unidad, no como piezas sueltas. En realidad inicialmente eran cinco, pero las dos violas del conjunto fueron expoliadas durante la Guerra de la Independencia.
Una de ellas, la contralto, pudo ser recuperada y comprada por el Estado español en 1951 a la empresa británica de violines Hill&Sons -que tiene una de las colecciones más importantes de stradivarius del mundo- pero la otra viola (en tesitura tenor) está perdida.
«Son instrumentos y son obras de arte, hay que conjugar las dos cosas», remarca Castillo, que en todo momento trata de que los músicos -la «élite» a la que se da acceso a estas piezas, remarca- estén cómodos.
Su llegada a Madrid se produjo porque el propio Antonio Stradivari los ofreció a Felipe V, que visitaba Cremona en 1702, pero la precipitada vuelta del primer Borbón al estallar la guerra de la Independencia frustró el traslado de los instrumentos. Su hijo Carlos III adquiriría estas joyas setenta años después para su sucesor, Carlos IV.
Este año se pueden disfrutar con la vista y el oído en cuatro conciertos de la Temporada Musical de Patrimonio Nacional, que incluirán -además del ya celebrado del Cuarteto Mandelring- el del Cuarteto Bretano (19 de mayo); La Spagna y José Luis Gómez (20 de octubre); Guillermo Pastrana (16 de noviembre), y Cuarteto Cosmos (24 de noviembre).
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