Cientos de malienses se dirigieron esta semana a la localidad de San, en el centro del país, para celebrar el Sanké Mô, un rito ancestral de pesca colectiva y uno de los eventos más importantes del calendario cultural del país que logró resistir a la pandemia y a la inseguridad que azota Mali.
Inscrita en 2009 en el Patrimonio Cultural Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación (UNESCO), esta fiesta que tiene más de 620 años se celebra este año en medio de altas medidas de seguridad y con la presencia del primer ministro, Choguel Kokalla Maïga, y altos responsables del gobierno transitorio maliense.