Los diestros José María Manzanares y Paco Ureña no aprovecharon debidamente dos toros para haberse encumbrado hoy en Madrid, de Victoriano del Río y Jandilla, respectivamente, y que acabaron en el desolladero con las orejas puestas, en una tarde en la que Diego Urdiales, en cambio, no tuvo la más mínima opción.
El primero de esos dos toros fue el tercero, primero de Ureña, el ejemplar de mejores hechuras de los tres de Jandilla y también el único que verdaderamente sirvió. Un animal que se movió con suma franqueza en la muleta de un Ureña un tanto deslavazado en el primer tramo de faena por el derecho, por donde no acabó de rematar los muletazos, ni de apostar realmente.