En Noruega es una figura nacional, pero fuera de sus fronteras, el pintor Edvard Munch es a menudo reconocido simplemente por ser el autor del icono expresionista «El grito». Por ello, el Museo de Orsay de París se ha empeñado en recuperar una amplia representación de su obra, «un poema de vida, amor y muerte».
En su intento por restablecer y acercar al público a las grandes figuras que marcaron el camino de la modernidad, francesa e internacional, el Orsay ensalza la fuerte carga simbolista de la obra de Munch, que anclado en los principios del siglo XIX supone un nexo elemental con las vanguardias.