Al llegar a la coqueta localidad pacense de Olivenza, de unos 12.000 habitantes, la herencia de cinco siglos de pasado portugués se percibe a cada paso en su arquitectura y en el típico empedrado de sus calles, pero si atractivo es su patrimonio, lo que la hace realmente singular es su habla.
No solo es diferente por el llamado portugués oliventino, un subdialecto del Alentejo oriental «contaminado» por la lengua española, sino porque «cuando se habla el castellano en Olivenza el portugués está ahí», como se demuestra en el mal uso de algunos tiempos verbales, explica el experto Eduardo Naharro-Macías.