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OTAZU, el mejor plan para disfrutar del puente de diciembre entre vino y arte

El puente de diciembre se presenta como la ocasión perfecta para adentrarse en el universo de Otazu, un lugar donde el vino y el arte se entrelazan en un entorno único. Ubicada en el norte de España, a tan sólo 8 km de Pamplona, Otazu invita a sus visitantes a disfrutar de una experiencia enoturística excepcional, diseñada para quienes buscan algo más que un simple viaje: un auténtico recorrido sensorial y cultural.

 

La visita comienza con un paseo por el Señorío de Otazu, cuyos orígenes se remontan al siglo XII. Durante el recorrido, el visitante podrá admirar joyas arquitectónicas como el Palacio de Otazu, la Torre Palomar y la Ermita de San Esteban. Este enclave histórico, enmarcado por la belleza natural de sus viñedos, también es el hogar al aire libre de una parte de la colección de arte contemporáneo, que el visitante podrá disfrutar en cada momento de la visita.

 

El recorrido continúa en la antigua Bodega, un edificio de 1840 transformado en un museo que fusiona la tradición vitivinícola con una colección de arte contemporáneo, con más de 150 obras, creando así un entorno donde cada rincón cuenta una historia. Sus rincones narran

 

relatos que conectan el pasado y el presente y donde destacan la majestuosidad de la Sala de Barricas subterránea y el botellero, en el que descansan los vinos de Otazu.

 

Como parte de la experiencia, los visitantes también disfrutarán de una cata guiada de tres vinos de Otazu armonizados con pintxos especialmente seleccionados. Además, la experiencia El Sonido del Vino promete un momento inolvidable: degustar con los ojos vendados un vino de alta gama, acompañado de una música compuesta exclusivamente para este vino.

 

Este puente de diciembre invita a descubrir por qué este lugar es mucho más que una Bodega: es un destino en sí mismo.

 

OTAZU, Vino & Arte

Otazu es una propiedad familiar ubicada en el norte de España, dedicada al vino, con más de 150 obras de arte contemporáneo integradas en sus espacios. Favorecida por un microclima único, cuenta con su propia denominación de origen protegida, D.O.P. Pago de Otazu.

 

Siglos de tradición vitivinícola, reflejada en un Señorío del siglo XII y una Bodega centenaria de 1840, inspiraron a una familia y un equipo comprometidos con la elaboración de vinos de gran calidad en un entorno donde el vino y el arte se fusionan en perfecta armonía.

 

En Otazu, el arte contemporáneo se aprecia a través de la estrecha colaboración con artistas para la presentación de sus vinos, así como de la colección permanente, su exposición anual y sus piezas de arte monumentales, que enriquecen la belleza natural que la enmarca.

 

“Crear un vino es una forma de expresión artística y, al igual que el arte, es un reflejo de su tiempo con una mirada al futuro. Por lo cual, inexorablemente, nos comprometemos con la continuidad a través de nuestras futuras generaciones”, reflexiona Guillermo Penso, presidente de la Fundación Otazu.