De él elogian otros cocineros su «genialidad» y su «sensibilidad», cualidades que han permitido a Pedro Sánchez sobresalir con Bagá, que luce una estrella Michelin en Jaén, donde ofrece platos basados en la intuición y muy pensados, con combinaciones que rompen con lo convencional.
También es diferente su primer libro, «Bagá. El equilibrio del sabor» (Montagud), en el que solo incluye una receta -la más antigua, ajoblanco de coco y almendra con helado de piña y albahaca- pero explica el porqué de 62 de sus platos que le muestran como un «verso libre» al que no le gusta «ejercer de intérprete de lo que ya existe» sino «cocinar la cotidianidad de manera atípica».