Ricardo Bofill, uno de los arquitectos españoles de mayor proyección internacional, ha fallecido en Barcelona a los 82 años, y con él desaparece un «arquitecto nómada», como él mismo se definía, que deja un legado arquitectónico y urbanístico distribuido por todos los continentes, desde Europa a África, de América a Asia.
Bofill acumuló una larga trayectoria en los campos de la arquitectura, el diseño y la planificación urbana, con obras de diseño urbano como la Place de l’Europe de Luxemburgo, el barrio Antigone en Montpellier (Francia), la Nueva Bocana del puerto de Barcelona o la remodelación y ampliación del aeropuerto de la capital catalana, donde también proyectó el Teatre Nacional de Catalunya y el Hotel W.