El pastelero Ricardo Vélez, quien tras graduarse en la Escuela de Pastelería de la Comunidad de Madrid y la École du Gran Chocolat de Valrhona (Francia) se incorporó hace 20 años al centenario restaurante Lhardy, vuelve a sus orígenes para conservar sus elaboraciones «más icónicas» y añadir otras de autor.
La pastelería en la planta baja de Lhardy, que ha sido reformada, ofrecerá clásicos como croissants, trufas, tartas, mermeladas, chocolates o roscón de reyes, entre otros, pero Vélez se encargará además de aportar sus creaciones a la carta tradicional de postres del restaurante.
Abierto en 1839 y con clientes como Isabel II, Alfonso XII, la aristocracia, la alta burguesía y lo más granado del mundo cultural y del espectáculo, Lhardy esquivó su crisis gracias a Pescaderías Coruñesas, que lo salvó del concurso de acreedores y asumió el reto de adaptarlo a los nuevos tiempos sin que pierda su solera bajo la dirección de Abel Valverde, maître del biestrellado Santceloni (Madrid) durante dos décadas.