Joaquín Sabina es cliente, aquí es donde compra sus bombines. También han pasado por esta tienda José Sacristán, Emma Suárez, Paco Clavel, Ernesto Alterio, Marta Sánchez, Jesús Quintero… Y es que cuando uno lleva abierto desde 1832 (es la sombrerería más antigua de España) da para que muchos famosos y desconocidos pasen por la tienda. En busca, como habrán adivinado, de un sombrero que les proteja del frío en invierno o del Lorenzo en verano.
Nada más atravesar la puerta de este local con solera hemos aprendido que las gorras de chulapo se llaman parpusas y que en verano, lo que más se vende son las gorras de lino y el sombrero Panamá, que se hace con una paja llamada toquilla, que viene de Ecuador.
El sombrero no ha muerto, ni mucho menos y es algo que se ve en este local situado cerca de la madrileña Plaza Mayor: desde que hemos entrado la grabación ha tenido que parar varias veces tal es la afluencia de público. De todas las edades, no vayan a pensar que lucir complemento en la testa es cosa de mayores.. El público es muy variopinto, como confirma Héctor Medrano, tercera generación al frente del negocio: su abuelo lo cogió en 1970. “Vienen desde chavales de 20 años hasta personas con 100 años que llevan toda la vida viniendo, que les atendía mi abuelo y conocen a mi familia. Hay mucho extranjero, pero también hay mucho comercio nacional”, aclara.
¿Qué es lo que mejor se vende? “En invierno un producto muy vendido es la gorra, es muy fácil de llevar, muy cómoda. Se puede guardar en cualquier sitio y es muy versátil. Luego, en verano, el gran protagonista es el sombrero Panamá, que se hace tanto en modelos de caballero como de mujer. Y luego, bueno, pues sí, en San Isidro, la gorra de San Isidro. En invierno, por ejemplo, se vende mucho también la boina para mujer”, explica el joven.
La tienda la tienen en propiedad y el edificio es antiquísimo: “Tenemos las escrituras de compra del terreno de 1760 así que de origen es muy difícil que haya nada. De hecho, se han hecho varias rehabilitaciones. En el edificio está todo sujeto, todas las vigas de madera con vigas de hierro. Hay un mostrador y algunas estanterías que tendrán unos 100 años, lo demás es más reciente”, confirma. Al parecer, en algún momento de todos estos años la tienda se dividió en dos, Medrano intuye que por razones económicas, pero luego volvieron a recuperar la superficie de los inicios, que es la que puede verse en la actualidad.
Sombrererías Medrano es tienda pero también, taller: allí “Producimos todos los encargos personales, de cine, teatro, los más especiales y luego nuestros propios diseños”, aclara. Y todo parte de medir la cabeza al cliente, como tenemos ocasión de ver. Tras la medición, se elige el modelo y el tiempo de fabricación varía mucho: “No queda terminado en un día porque necesita un proceso de secado para que quede con la forma. Entonces a lo mejor en dos días se puede tener terminado. En cuanto a los materiales que usamos, depende de la temporada, en invierno fieltro de lana, pelo de conejo y para verano por ejemplo, la paja toquilla para confeccionar los Panama o pajas de trigo”, aclara.
Confeccionan todo tipo de sombreros: “Hacemos mucho, por ejemplo, chisteras de todos los colores. Sombreros tipo napoleónicos, gorros de jefe de estación o gorras sudistas de la guerra de América”. Si busca un sombrero poco convencional, fijo que aquí lo tienen o se lo hacen.
Y, ahora que se acerca el verano y el sol no nos va a dar tregua, ¿qué mantenimiento hay que dar a un sombrero? ¿Podemos dejarlo olvidado en el coche? “Poner un sombrero en el coche es mala idea, porque al ser paja el calor lo reseca y luego es mucho más fácil que se parta. Entonces, lo más fácil para mantener un Panamá, por ejemplo, es cuando te duches meter el sombrero en el baño para que coja la humedad del ambiente. Si estás en un sitio con costa no hace falta, porque el material coge la humedad del ambiente”.