Durante la semana trabajamos durante muchas horas del día y, a menudo, también por la noche, además de tener que llevar a los niños al colegio, a natación, tenis o ballet, ir al gimnasio, ir al banco a arreglar papeles y al supermercado a hacer la compra. Cuando llega el fin de semana, por fin tenemos tiempo para descansar y quedarnos en el sofá, así que lo último que nos apetece es limpiar la casa.
Aquí es donde entra en juego el método 20/10, que algunos dicen que hace milagros. Para quienes tienen una vida ajetreada y para quienes no han descubierto el gusto por la limpieza, esta alternativa es la solución para una vida más fácil, un hogar más organizado y una sonrisa en la cara porque la limpieza no te quitará años de vida.
¿Qué es el método 20/10?
El método 20/10 es un sistema de limpieza y organización creado por Rachel Hoffman que tiene muchos seguidores. Fue creado para motivar a las personas que no quieren vivir en una casa desordenada pero no saben por dónde empezar ni cómo organizarse durante la semana.
No queremos maratones en casa, sino eficacia y sencillez. La regla no es limpiar todo a la vez ni querer tenerlo todo ordenado y limpio en cinco minutos, sino dividir las tareas en tiempos escalonados.
Cuando haces sesiones de limpieza a intervalos más cortos, en función de tu disponibilidad y voluntad, organizar la casa es más factible y eficaz.
¿Cómo funciona el método 20/10?
El método 20/10 es lo más sencillo y fácil del mundo, y nos promete un hogar reluciente y una mejor gestión de las tareas domésticas. El truco está en ignorar el panorama general y no asustarse si toda la casa está hecha un desastre. Céntrate en el momento presente y en lo que puedes hacer ahora mismo, fíjate en los detalles y dedícate a pequeñas tareas.
El estrés aparece cuando vemos toda la casa sin limpiar, porque parece un trabajo interminable y perdemos la fuerza de voluntad y la energía incluso antes de empezar. Así que, en lugar de prestar atención al desorden general en el que se encuentra tu casa, cambia tu atención a algo que puedas hacer ahora mismo. Lava los platos acumulados, haz la cama, recoge la ropa del suelo. Dedícate a esa tarea concreta, sin que te distraigan las demás.
Son estas pequeñas tareas, realizadas con éxito y con el descanso que te mereces, las que poco a poco devolverán la limpieza y el orden a tu hogar.
1. Limpia y organiza durante 20 minutos
Programa un temporizador durante 20 minutos y concentra tu energía en una tarea o en una habitación de la casa. Puede ser organizar el armario, limpiar el suelo del salón, hacer la colada o limpiar los cristales. Durante esos 20 minutos, céntrate en ser lo más eficiente posible y no te distraigas con otras tareas. Si empiezas a ordenar el dormitorio y ves que se acumula polvo en el suelo, no dejes de hacer la tarea que te habías propuesto y recuérdate que limpiar el polvo será la siguiente tarea.
2. Descansa 10 minutos
Tómate un merecido descanso de 10 minutos después de tus 20 minutos de limpieza entusiasta. Descansa, recárgate, relájate, pasea al perro o aprovecha para hacer algo que te guste y te ponga de buen humor.
3. Repite, repite y repite hasta que creas que es suficiente
Puedes repetir los ciclos del método 20/10 tantas veces como creas necesario para alcanzar tus objetivos de limpieza y organización del hogar. Con los descansos de 10 minutos, el proceso no te agotará y será más sostenible y eficaz.
Algunos de los principios clave del método 20/10
¿Limpiar la casa te sigue pareciendo una misión imposible? El método 20/10 tiene unos cuantos principios clave que te ayudarán a mantener la concentración y el entusiasmo:
1. Haz una fotografía del antes y el después
La comparación del antes y el después no sólo te mostrará que ha merecido la pena el esfuerzo, sino que también te motivará para seguir utilizando este método de limpieza y organización. En las fotos también podrás ver qué zonas son las más problemáticasy que requieren más atención y esfuerzo, además de comprobar si has olvidado algún detalle que necesite orden.
2. Haz la cama todos los días
Sólo se tarda un minuto y los beneficios son innumerables. El simple hecho de tener la cama hecha hace que tu habitación se transforme y tenga un aspecto completamente diferente. Mucho más limpia y organizada. La sensación de abrir la cama para volver a dormir es una de las mejores cosas que hay… Cuando la cama está hecha, claro.
3. ¿Dónde está tu ropa sucia?
Cuando se trata de ropa, hay tres pasos bien conocidos, aunque no siempre aplicados, que son lavar, secar y guardar. El último paso del proceso suele olvidarse y, cuando queremos ponernos ese jersey que nos regalaron las pasadas Navidades, nos vemos obligados a poner la casa patas arriba hasta encontrarlo.
También es habitual que se acumulen montañas de ropa en el suelo del dormitorio o en el cesto de la ropa sucia del cuarto de baño. Así que la regla es que, cuando empieces el proceso de juntar la ropa y meterla en la lavadora, no habrá terminado hasta que esté toda doblada en los cajones y colgada en las perchas. De este modo, adquieres el hábito de guardar las cosas antes de que se ensucien.
4. Una pequeña recompensa nunca hace daño a nadie
Una pequeña recompensa nunca viene mal y puede darte el empujoncito que necesitas. Ponte un episodio de esa serie de Netflix que tanto te gusta, lee un capítulo de la novela que no te deja dormir o saborea una taza de té, pero aprecia el momento en que te mimas y coge las fuerzas que necesitas para ponerte manos a la obra.
5. No dejes nada en el suelo o fuera de lugar.
No es nada nuevo, pero no está de más recordarlo. Uno de los hábitos que salvarán tu vida de la desorganización perpetua es poner las cosas en su sitio inmediatamente. Ni en cinco minutos ni mañana, en cuanto termines de usar algo ponlo en su sitio. Si haces esto, la organización general de tu casa aumentará exponencialmente.
6. Limpia por zonas
La casa se compone de varias habitaciones que corresponden a distintas zonas de la casa. Te ayudará dividir la limpieza por zonas y concentrarte cada semana en limpiar y organizar una zona concreta. De este modo, desaparecerá el estrés y la sensación de agobio por intentar ordenar toda la casa a la vez.
7. Utiliza un cuaderno y anótalo todo
Lleva un cuaderno al día donde anotes lo que has limpiado ese día, lo que queda por limpiar, el plan para la semana siguiente o para la próxima sesión de limpieza. Cuanto más organizada esté la gestión de la limpieza de tu casa, mejor.